PACTO MUNDIAL

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El pacto estableció que los países no podrían abandonarlo durante los primeros tres años y, una vez decidido, no sería efectivo hasta un año después, por lo que, de momento, Estados Unidos seguiría formando parte del acuerdo
| 2017-09-15T13:32:27+02:00 h |

A principios de junio, el mundo despertaba con la decisión del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse de los Acuerdos de París.

Una noticia que sentó como un jarro de agua a medio mundo. Las reacciones no se hicieron esperar.

El Presidente del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD), Paul Polman, y el CEO de la organización, Peter Baker, han co-firmado un artículo explicando su valoración ante la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París.

El gobierno de Trump inició el mes pasado el proceso formal de salida del Acuerdo de París y está tratando de eliminar una serie de financiamientos relacionados con el cambio climático, transformando a Estados Unidos de líder mundial de la diplomacia climática a un ente al margen.

Ambos, como máximos representantes de la organización que representa a 200 de las compañías más grandes del mundo, resaltan en dicho texto el importante rol de la empresa para la consecución del Acuerdo y el carácter “irrefutable” del argumento de negocio para la acción climática, como elemento de mitigación de riesgos y factor clave para la sostenibilidad de la economía.

Polman y Baker lamentan la retirada por parte del Gobierno Federal de Estados Unidos del Acuerdo de París, la “mejor y única opción para un marco internacional que sirva para gestionar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono”.

Ambos expertos subrayan que el Acuerdo protege a las empresas contra la inestabilidad ambiental y determina el futuro posicionamiento competitivo de las compañías a través del desarrollo de nuevas tecnologías y modelos de negocio, la creación de empleo y la fidelización de un consumidor cada vez más consciente de los impactos ambientales.

Estos factores “aclaran por qué más de 1.000 empresas líderes han reafirmado en las últimas semanas su compromiso con el Acuerdo de París”, recuerdan, resaltando que “el viaje hacia la reducción de emisiones no va a ser interrumpido”.

En este sentido, a través de la iniciativa sobre tecnologías bajas en carbono que desarrolla el WBCSD (LCTPi), más de 160 empresas están trabajando en nueve soluciones climáticas escalables, que colectivamente tienen el potencial de realizar el 65 por ciento de las reducciones de emisiones necesarias para mantenerse por debajo del objetivo de 2°C. Estas soluciones también contribuirán a la creación de hasta 25-45 millones de empleos cada año.

Ambos terminan el artículo destacando que “las empresas de todo el mundo no se rinden y duplicarán sus compromisos de trabajar juntos, con el fin de seguir encontrando soluciones nuevas y fructíferas en todos los países”.

Sin embargo, los últimos acontecimientos climáticos que se han dado en América podrían cambiar el rumbo de la decisión de Trump. Erik Solheim, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, destacó recientemente que el presidente Donald Trump o su sucesor probablemente volverá a involucrarse en la lucha global contra el cambio climático debido al peso de la evidencia científica.

Mientras, Europa, China e India tomarán el liderazgo en esta materia, ya que la evolución hacia las energías renovables en lugar de los combustibles fósiles es imparable. “Esperamos que el propio gobierno de Trump vuelva al tema climático, o bien el próximo presidente de Estados Unidos”, añadió Solheim. “Si quiere ver qué necesidad hay de que esto ocurra, mire (lo que pasó con) Houston o el Caribe con Irma. La violencia del tiempo está despertando a todo el mundo”.

Como país miembro del Acuerdo de París, EE.UU. pretendía una reducción de las emisiones contaminantes de entre un 26 por ciento y 28 por ciento para 2025 con respecto a los niveles de 2005.

Sin embargo, el proceso no es rápido ni automático. El pacto estableció que los países no podrían abandonarlo durante los primeros tres años y, una vez decidido, no sería efectivo hasta un año después. De momento, EE.UU. seguirá formando parte del acuerdo del clima hasta 2020.


Como país miembro del Acuerdo de París, EE. UU. pretendía una reducción de las emisiones contaminantes de entre un 26% y 28% para 2025 con respecto a los niveles de 2005