Medicamentos genéricos: al servicio de los ciudadanos y del SNS

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Por Raúl Díaz-Varela, presidente de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG)

Todos los objetivos y retos que la industria farmacéutica de medicamentos genéricos se había marcado para el ejercicio 2020 se vieron trastocados por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus SARS-CoV-2. Si bien, desde el momento en que el coronavirus fue declarado pandemia global por la Organización Mundial de la Salud el pasado mes de marzo, y antes incluso de que comenzasen a vislumbrarse sus devastadores efectos, el sector tuvo claro cuál era su prioridad: colaborar con el Gobierno y las administraciones autonómicas para minimizar al máximo su impacto, no solo en la salud de los ciudadanos, sino también a nivel sanitario, económico y social. Y, a pesar de lo imprevisto de la situación y de unas circunstancias extraordinariamente adversas, lo consiguió.

Desde el primer momento, los laboratorios de medicamentos genéricos instalados en España aunaron esfuerzos para dar respuesta a las nuevas y urgentes necesidades que acuciaban al Sistema Nacional de Salud (SNS). La principal: asegurar de manera rápida y eficaz el suministro de medicamentos, tanto en el entorno de la asistencia a la COVID-19 como para el resto de las patologías y dolencias.

Laboratorios ante la pandemia

En un momento excepcionalmente convulso, la industria farmacéutica de medicamentos genéricos instalada en España trabajó a pleno rendimiento para garantizar la producción y suministro de fármacos a todos los hospitales y oficinas de farmacia del país. Durante la primera ola de la pandemia, llegó a multiplicar por diez la producción de algunos de los medicamentos críticos necesarios en los tratamientos de las ucis y veló por asegurar los stocks de las prescripciones a pacientes crónicos y agudos en las oficinas de farmacia. Ni el elevado nivel de desabastecimiento de algunos principios activos y productos intermedios, ni las dificultades y los costes de producción sobrevenidos fueron un obstáculo.

La industria farmacéutica de medicamentos genéricos dio la talla en los momentos más complicados de una situación que nunca nadie hubiera imaginado

No se trata de una previsión ni una estimación, es un hecho: fueron las compañías de medicamentos genéricos con presencia en España las que, a través de 13 centros de producción en la Península y cuatro plantas en Europa, garantizaron –y siguen garantizando– el acceso a los tratamientos de manera costo eficiente. Hay que recordar que lo hicieron sin variar el precio de los medicamentos y productos sanitarios que, en algunos casos, estaban ya en unos niveles mínimos de rentabilidad. Alrededor del 70 por ciento de los fármacos declarados esenciales por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para el tratamiento de la COVID-19 disponen de medicamento genérico, el 96 por ciento de ellos tiene un precio inferior a 10 euros y casi el 70 por ciento está por debajo de los tres euros.

Sostenibilidad del SNS

Una vez más, el sector reafirmó su potencial como garante de la sostenibilidad financiera del SNS y de la accesibilidad de los ciudadanos a los medicamentos; y demostró nuevamente su capacidad de adaptación y espíritu de colaboración, su compromiso con el sistema sanitario y la salud de la población, y su rol como complemento esencial a los medicamentos de marca. El sector también participó –y sigue haciéndolo– en la investigación de nuevas indicaciones en el tratamiento de la COVID-19 suministrando medicamentos para la realización de ensayos clínicos para asegurar evidencia científica en nuevos usos; y se sumó a distintas acciones colaborativas contribuyendo, a través de donaciones, al suministro de material de protección, medicamentos, incluso alimentos y material de higiene para los sectores más desfavorecidos.

Más allá de las mejores expectativas, la industria farmacéutica de medicamentos genéricos dio la talla en los momentos más complicados de una situación que nunca nadie hubiera imaginado.

Una de las muchas lecciones que nos ha enseñado la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19 es la gran ventaja y oportunidad que supone contar con una industria farmacéutica de medicamentos genéricos local de primera línea con capacidad para garantizar con efectividad el suministro de fármacos y productos sanitarios, y abastecer el mercado teniendo en cuenta las necesidades imperantes en cada momento. Lo vivido en el año 2020 (y lo que seguimos viviendo) ha puesto en valor, más si cabe, la fortaleza de esta industria y evidencia de manera rotunda el carácter esencial y estratégico del sector.

La industria farmacéutica de medicamentos genéricos tiene claramente futuro, si la dejan. Un futuro que, tal y como se ha revelado nuevamente durante esta crisis, será prometedor para la sostenibilidad del sistema sanitario, pero también –es importante recordarlo– para el impulso de nuestra economía. En los últimos cuatro años, a pesar de su situación precaria en términos de rentabilidad fruto de un crecimiento estancado y la reducción constante de sus márgenes de beneficio, los laboratorios de medicamentos genéricos instalados en España mantuvieron su liderazgo en la creación de empleo incrementando en un 27 por ciento el número de trabajadores, triplicando la media de la industria manufacturera nacional; e invirtieron en nuestro país 540 millones de euros.

Apostar por los medicamentos genéricos y por la industria que los desarrolla, otorgando al sector la relevancia que merece a nivel sanitario, social y económico, es apostar por la eficiencia y sostenibilidad del SNS y por la salud de los ciudadanos, pero también por una recuperación económica sólida y sostenida. La crisis sanitaria originada por el COVID-19 ha hecho saltar con más fuerza que nunca la señal de alarma: no podemos esperar más. No podemos ni debemos olvidar las lecciones que nos ha dejado 2020.