A.C. Pontevedra | viernes, 16 de junio de 2017 h |

Tanto por el cada vez mayor peso en la facturación global de la oficina de farmacia de la venta libre como por la mayor competencia interna (entre boticas) y externa (grandes superficies, parafarmacias, etc.) en productos de autocuidado, el titular debe hilar fino a la hora de implantar una efectiva política de precios con los productos disponibles en los estantes de su establecimiento. Una política de precios a aplicar de la que dependerá una mejor (o peor) rentabilidad y la cual no es igual para todos los productos ni debe basarse exclusivamente en factores como el margen comercial a aplicar al PVL.

Así se puso de manifiesto en una sesión práctica organizada el pasado 12 de junio por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Pontevedra, dentro de su curso “Claves para la gestión práctica de la oficina de farmacia”. Tal como apunta Ignacio Sánchez, presidente del colegio gallego, “a la hora de aplicar o decidir un precio, el farmacéutico tiende a simplificar la decisión a tenor del margen que desea para el producto”. Asimismo, a la hora de apostar por precios competitivos, todavía existe la falsa creencia de que solo es posible si previamente se han obtenido grandes descuentos del proveedor por la compra de un alto volumen de unidades o bien si se “tiran los precios” a costa del margen. Sin embargo, en este sesión formativa, el ponente, Antonio Castro, recordó al medio centenar de asistentes que “para ser competitivos en PVP en productos clave no es imprescindible haber comprado con grandes descuentos; comprando en el día a día y a través de una alta rotación del stock también se puede ser competitivos”.

Precisamente, una de las máximas transmitidas por este experto es que nunca se debe comprar más de lo necesario para poder competir en precios ni dicha competitividad significa “tirar los precios”. “Hay que ser selectivo donde se quiera ganar menos, pero nunca perder dinero”, concretó.

Otro factor a tener en cuenta a la hora de fijar un precio, y que permite mayor o menor flexibilidad en la decisión, hace referencia al tipo de producto. Según esta cuestión, los productos se clasificarían en aquellos en los que el consejo farmacéutico “es clave” (denominados Categoría de Consejo), los destinados a cubrir una necesidad (Categorías de Margen); y aquellos otros en los que el usuario busca precio (Categorías de Precio), en los que si habría que ajustar el PVP en la medida de lo posible.