Marta Riesgo | miércoles, 17 de abril de 2019 h |

La industria farmacéutica española ha conseguido registrar datos que la sitúan como una de las industrias más punteras del país. El año pasado, dedicó 1.150 millones de euros a investigación, lo que supone el 21 por ciento de toda la I+D industrial española. Además, cuenta con 137 fábricas que producen un negocio de 15.000 millones de euros, de los que 11.000 millones van a exportaciones, según datos de la patronal farmacéutica innovadora, Farmaindustria.

Precisamente la investigación es uno de los campos donde la industria farmacéutica afincada en España se ha hecho más fuerte. De hecho, España se ha convertido en los últimos años en uno de los países europeos con mejores condiciones para albergar el desarrollo de ensayos clínicos, hasta el punto de que un tercio de todos los estudios de investigación y desarrollo de nuevos medicamentos lanzados en Europa cuentan ya con participación española. Aquí la industria juega un papel protagonista, ya que fue la promotora directa de ocho de cada diez ensayos clínicos de nuevos medicamentos autorizados en España durante 2017, según los últimos datos presentados por Farmaindustria.

Estos confirman además que la investigación clínica está experimentando una tendencia positiva en España, que viene impulsada, entre otros factores, por el nivel científico de los profesionales sanitarios, la calidad asistencial de los centros del Sistema Nacional de Salud, el apoyo de la Administración sanitaria, el firme compromiso de la industria farmacéutica y la creciente implicación de los pacientes. Otro aspecto clave ha sido el escenario favorable para la investigación propiciado tras la entrada en vigor del nuevo Real Decreto de Ensayos Clínicos, que ha convertido a España en el primer país europeo en implementar el nuevo Reglamento comunitario en este ámbito.

Uno de los mejores exponentes de esta tendencia favorable a la investigación clínica en el país es la rebaja en los tiempos de puesta en marcha de los estudios de nuevos medicamentos. Según los últimos datos disponibles del Proyecto BEST de excelencia en la investigación clínica, actualizados a diciembre de 2017, los plazos para la puesta en marcha de un nuevo ensayo clínico en España se han reducido en un mes respecto a los que había con la normativa anterior, pasando de 154 a 124 días. De la misma forma, el plazo de reclutamiento del primer paciente se ha reducido desde los 64 días de media a 39.

Por otro lado, la inversión en investigación y desarrollo de la industria asentada en España alcanzó los 1.147 millones de euros en 2017, según los resultados de la Encuesta sobre Actividades de I+D que realiza cada año la patronal entre sus asociados. La cifra supone un aumento del 5,7 por ciento respecto al año anterior, confirma la tendencia al alza iniciada hace cuatro años y constituye un nuevo récord histórico para el sector farmacéutico innovador, que consolida así su posición de liderazgo en I+D industrial, ya que representa más del 20 por ciento del total español.

Pero el sector no sólo puede presumir en I+D. En términos de empleabilidad, cabe destacar que estos aumentaron en un 3 por ciento el pasado año (1.172 empleos netos más) hasta alcanzar los 40.565 puestos directos. En su conjunto, contando con empleos directos, indirectos e inducidos, la industria farmacéutica innovadora da empleo a unas 200.000 personas en España. Y de cara a 2018, las primeras previsiones apuntan a un incremento del 1,8% respecto al año anterior, lo que permitiría llegar este año a los 41.279 puestos de trabajo directos.


Las compañías farmacéuticas que se encuentran en España emplean ya a 40.565 trabajadores de forma directa y a unos 200.000 contando con los empleos indirectos e inducidos



La industria farmacéutica afincada en España ha conseguido registrar datos que la sitúan como una de las industrias más punteras del país


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