Alberto Cornejo Madrid | viernes, 09 de junio de 2017 h |

“El modelo farmacéutico nacional se defiende mejor desde entidades de distribución fuertes y sólidas”. Esta es una de las premisas más en boca de todos los representantes del sector mayorista de medicamentos español. Pues bien, atendiendo a los últimos acontecimientos, el modelo farmacéutico nacional bien puede sentirse ‘protegido’.

En el año 2016, y lo que acumulamos de 2017, la distribución farmacéutica española ha continuado ganando músculo con el que hacerse fuerte y a su vez fortalecer el modelo farmacéutico. Un músculo que ha ganado por dos vías: la económica y la social. Respecto a la primera de ellas, los resultados presentados por aquellas entidades que ya han hecho balance de su último ejercicio arrojan, en líneas generales, datos positivos que confirman la tendencia al alza de años anteriores. Si bien no son —ni se espera— resultados como los de épocas pasadas, sí permiten cierta estabilidad para mirar al futuro con tranquilidad.

Ahora bien, no busquen la causa principal de esta recuperación en el tradicional suministro de medicamentos. Háganlo en la capacidad del sector mayorista por diversificarse y ampliar servicios a izquierda (industria) y derecha (farmacias) de la cadena, que cada vez cuentan con más peso en la facturación de estas entidades (en algunas ya incluso al 50-50 por ciento).

Por ejemplo, respecto a aquellas entidades que ya han hecho números, Cofares califica de “histórico” su ejercicio de 2016, en la que la cifra de negocio se situó en 2.946 millones de euros (un aumento de las ventas en 218,7 millones). También Novaltia cerró el ejercicio 2016 con un 3,5 por ciento más que en el ejercicio anterior, hasta alcanzar los 310 millones de euros. Mientras, Fedefarma contó con un excedente cooperativo de más de 8,5 millones de euros. El análisis podría extenderse a otras entidades con un mismo resumen: sensaciones —números en mano— “positivas”.

La otra fortaleza viene determinada por los procesos de concentración que vive la distribución y que son (salvo excepciones) bien valorados por todas las entidades, sean o no protagonistas de estos movimientos (ver información inferior). La consecuencia de estos procesos ha sido dar carpetazo al perfil atomizado que caracterizaba el sector mayorista en décadas pasadas para que, en la actualidad, apenas cuatro entidades copen el 75 por ciento del mercado (y ya haya dos de ellas por encima del 20 por ciento de couta).

Así las cosas, en una época en la que, en especial a nivel político, proliferan los deseos de desconexión con Europa, la distribución farmacéutica nacional se está acercando al modelo europeo.

Los procesos de concentración siguen dando ‘coletazos’

Al César lo que es del César. Si bien es cierto que Novaltia (fruto de la fusión de las cooperativas Vascofar y Aragofar) abrió el camino hace ahora 4 años (2013), bien es cierto que 2016 supuso un “antes y después” en el proceso de concentración de la distribución farmacéutica nacional debido a la creción de Bidafarma, un proyecto que unió en una única entidad a ocho cooperativas regionales/locales. Esta mcarooperación ha seguido teniendo ‘coletazos’ en estos primeros meses de 2017. Los pasados 12 y 13 de mayo, respectivamente, los socios de las cooperativas regionales Cofabu (Ávila) y Cofaga (Galicia) votaban favorablemente y de forma mayoritaria su integración en Bidafarma. Una vez se haga efectiva la misma (el 1 de enero de 2018), Bidafarma se convertirá en la segunda distribudiora nacional que supera el 20 por ciento de couta, un umbral ya superado hace muchos años por el líder histórico del segmento, Cofares (26,3 por ciento).

Asimismo, las agrupaciones de segundo grado también se han visto afectadas pro recientes movimientos. El principal de ellos fue el cese de actividad de grupo Farum+ en noviembre de 2016, que provocó un ‘recolocamiento’ de los almacenes que lo conformaban: Cofano y Cofaga, Zacofarva (Zamora), Cofabu (Ávila) y Socofasa (Salamanca). Antes de su integración en la compañía Bidafarma, las citadas Cofaga y Cofabu dieron el paso previo de integrarse en Grupo Bidafarma, la misma decisión que tomaron Zacofarva y Socofasa. Mientras, Cofano decidió no adherirse a ningún grupo, si bien cuenta con un acuerdo comercial con la agrupación Unnefar.

Así las cosas, como revelaba un reciente analísis de EG, apenas media docena distribuidoras del ‘top 30’ siguen apostando por la individualidad (ver gráfico). La condición de ‘grandes’ del sector de algunas (Cofares y Alliance Healthcare) quizá lo permite. También sería aplicable a Fedefarma, con menor cuota nacional (5,5 por ciento) pero muy fuerte en Cataluña y el Mediterráneo. Sorprende más el caso de otras de menor tamaño, como Cofarta. No obstante, sí mantiene ciertos acuerdos de suministro y comerciales con Cofares.