El Global Madrid | viernes, 14 de junio de 2019 h |

A pesar de que la disfagia es un síndrome geriátrico con alta prevalencia y que puede suponer consecuencias tan graves para la salud como el fallecimiento, la evidencia científica disponible sobre el uso de las dietas de textura modificada en estos pacientes sigue siendo muy limitada. Algunas de las cuestiones que quedan todavía por resolver en esta materia son relativas al impacto económico, la aceptabilidad y los beneficios clínicos de los diferentes tratamientos nutricionales en la disfagia. Uno de los problemas de esta alteración es que actualmente está muy infradiagnosticada. En palabras del doctor Alfonso Cruz-Jentoft, médico del Servicio de Geriatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, “la disfagia no está en la lista de patologías que contemplamos los médicos de cara al diagnóstico”.

Por estos motivos surgió el estudio ABADIA, llevado a cabo con el patrocino de Nestlé Health Science. Los resultados de esta investigación se presentaron en el simposio Nuevas evidencias para abordar un antiguo problema: un paso más en el tratamiento nutricional de la disfagia celebrado en el 34º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE).

La doctora María D. Ballesteros Pomar, médico del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de León e investigadora principal y miembro del Comité Científico del estudio ABADIA, explicó durante la presentación de las conclusiones que “hasta el 15 por ciento de las dietas servidas en hospitales y hasta el 26 por ciento de las servidas en residencias de ancianos son trituradas; sin embargo, no existen estudios descriptivos sobre los beneficios y los costes asociados a estas dietas trituradas artesanales y las elaboradas mediante productos específicamente diseñados para los pacientes con trastornos de la deglución (Alimentación Básica Adaptada)”. Asimismo, indicó que “tampoco se conocen estudios que demuestren los beneficios del uso de robots o máquinas de producción de recetas trituradas respecto a la producción manual en centros sanitarios”.

Este estudio es observacional, prospectivo y descriptivo, y ha sido llevado a cabo en el contexto de la práctica clínica habitual y referida a la elaboración de tres tipos de dietas trituradas: Triturada artesanal (TA), Alimentación Básica Adaptada (ABA) comercial y ABA comercial elaborada mediante un sistema de producción de recetas trituradas (MixxPro). El objetivo principal fue identificar el uso de recursos asociados a la preparación de estas dietas trituradas. Además, como objetivos secundarios se establecieron describir el grado de satisfacción de los participantes con cada tipo de dieta triturada estudiada, el cumplimiento de la dieta prescrita, la seguridad de cada una de las dietas y las características nutricionales de cada tipo de dieta.

Un total de 112 personas mayores de 65 años y con trastornos neurológicos participaron en el estudio, del que se extraen varias conclusiones. Las dietas trituradas con productos de la gama ABA elaboradas mediante el sistema MixxPro han logrado buenas cifras en términos de aceptación, cumplimiento y seguridad, lo que permite que se incorporen en dietas de pacientes con disfagia donde las alteraciones nutricionales son frecuentes; además, se ha demostrado que el sistema MixxPro con los productos que conforman la gama ABA permiten elaborar de forma instantánea el número de raciones necesarias, de forma rápida, segura y con una temperatura óptima. Los resultados también revelan que las pese a que el cumplimiento de la dieta artesanal es mayor que en ABA, con ABA se asegura un mayor aporte de calorías. Por último, en términos económicos, la gama ABA-Meritene Puré Instant- ha resultado ser la más económica; en especial, la dispensada mediante el sistema automatizado MixxPro.

A este respecto, la doctora Ballesteros apunta que el estudio “permitirá dar un paso más en el abordaje de la disfagia” teniendo en cuenta que “por fin podemos saber qué dietas marcan la diferencia no solo en cuanto a seguridad y eficacia, sino también en cuanto a impacto económico y satisfacción del paciente”.