J.R-T Madrid | jueves, 08 de noviembre de 2018 h |

Se estima que en el mundo alrededor de 30 millones de personas sufren sepsis y que cada cuatro segundos una fallece a causa de ella. En España el número de casos es de unos 50.000, de los cuales 17.000 acaban en fallecimiento, según datos de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc). En términos económicos, se estima que el tratamiento de un paciente y los gastos asociados a su hospitalización suman unos 18.000 euros. Estas cifras permiten vislumbrar que la sepsis es un problema de salud pública, tal y como reconoció la Organización de Naciones Unidas mediante una resolución cuyo objetivo es poder obtener un mapa de incidencia de esta enfermedad para el año 2020.

En España los deberes han comenzado en Baleares, concretamente en el Hospital de Son Llàtzer. Mediante un acuerdo de colaboración público-privado firmado con MSD, el centro está llevando a cabo el pilotaje del Proyecto Bisepro, una acción innovadora que recoge las bondades de la Inteligencia Artificial y el Big Data para acelerar y concretar el número de casos de sepsis que se producen en el hospital. “Con Bisepro, cuyo objetivo final es crear un sistema de medicina personalizada, se han reducido los falsos positivos de manera importante”, señala el coordinador de la Unidad de Sepsis del hospital, Marcio Borges. Las cifras que acompañan la afirmación son alentadoras: de alrededor del 60 por ciento de falsos positivos se ha conseguido reducir hasta menos del 10 por ciento. “Cuando un gestor ve que los diagnósticos certeros se incrementan y los ingresos en UCI disminuyen es que estamos haciendo bien las cosas”, asegura Francisco Marí, director gerente del Hospital.

El proyecto Bisepro ha sido desarrollado con el soporte tecnológico del Instituto de Ingeniería del Conocimiento y ha tenido la colaboración activa de MSD y el apoyo de la Consejería de Sanidad balear y de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria de las Islas Baleares. Martí estima que en 24 meses tendrán los resultados definitivos del proyecto y, si son satisfactorios tal y como prevén, se extenderá a la red pública de hospitales de las islas. El piloto tiene un coste de 320.000 euros, de los cuales la mitad está sufragada por la compañía farmacéutica MSD y la otra mitad corre a cargo del hospital a través de costes indirectos.

Joaquín Mateos, director médico de MSD, asegura que aportar concienciación, investigación y experiencia frente a problemas de salud pública como éste es una prioridad para la compañía.