Alberto Cornejo Santander | jueves, 21 de noviembre de 2019 h |

Piensen (aunque es real) en una campaña puesta en marcha en su habitual oficina de farmacia dedicada a identificar posibles casos de obesidad infantil en niños entre 5 y 14 años, ofrecer recomendaciones saludables y, si es el caso, recomendar (derivar) la visita al médico. Todo ello, vaya por delante y como tantas otras actuaciones, sin contemplar compensación económica alguna por la actuación.

¿Una iniciativa positiva? Para el colectivo de enfermeros, todo lo contrario: un “riesgo para la salud de los pacientes”; una acción “ni sensata ni procedente”. Hasta el punto de solicitar a la Consejería de Sanidad de la CC.AA pertinente, que ampara y subvenciona el desarrollo de esta campaña, la retirada “inmediata” de la misma

Las farmacias cántabras, donde se está llevando a cabo la campaña “Peso y Salud infantil”, han sido en esta ocasión la ‘diana’ escogida por Enfermería hacia la que ‘apuntar’ sus recelos en torno a cualquier actuación asistencial desde las farmacias en el ámbito de la Salud Pública. Unos recelos que ‘despiertan’ nuevamente dado que, tras un periodo especialmente crudo respecto a los ataques desde Enfermería a la farmacia asistencial y su oposición a la asunción de nuevas funciones por las boticas, las aguas parecían bajar tranquilas en la actualidad. Cuando menos, el affaire parecía en barbecho.

Primero el Colegio de Enfermería de Cantabria, y posteriormente con el apoyo del Consejo General de Enfermería, ha pedido a la Consejería de Salud cántabra “la retirada inmediata de una campaña que en nada contribuye a la mejora de la calidad asistencial y a prestar unos cuidados seguros y de excelencia a la población infantil de Cantabria”. Unas reclamaciones que parecen caer en saco roto. Según se transmite a EG desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, la Consejería les ha corroborado que el programa continuará adelante “y en los mismos términos en los que se está desarrollando”.

Como ha contado EG, el programa Peso y Salud infantil reivindica las funciones del farmacéutico como agente activo de la promoción de la salud y prevención de la enfermedad. En concreto, para contribuir a atajar esa lacra sanitaria que supone que en la actualidad alrededor de un 40 por ciento de los niños con sobrepeso a los 7 años se convierten en adultos obesos.

Para evitar estas patologías, las oficinas de farmacia ofrecen al ciudadano la posibilidad de detectar precozmente alteraciones en el peso infantil con la posibilidad de remitir al pediatra para su valoración, en caso de que fuera necesario. Las actuaciones del farmacéutico se limitan a realizar pruebas de peso gratuitas a los niños, asesorar a sus familiares en hábitos alimenticios saludables y derivar al facultativo si se considera oportuno.

Sin embargo, para el CGE y el Colegio de Enfermería cántabro, “es muy difícil entender que una oficina farmacia, establecimiento de carácter privado y con ánimo de lucro pueda hacerse cargo de proceso alguno dirigido a la prevención y la educación para la salud de los ciudadanos” llegan a justificar en su denuncia. Ambas entidades atribuyen a la profesión de Enfermería “la competencia exclusiva en lo concerniente a la prevención de la enfermedad y la educación para la salud en todas las etapas de la vida”.