Los avances en el campo de la inmunoterapia van aumentando. La evolución de este tipo de medicina de precisión es tan evidente que solo hay que ver cómo tratamientos que antes se presentaban en segundo o tercera línea ahora se han convertido en estándar de tratamiento en muchos tipos de cáncer. Los esfuerzos ahora se están centrando en identificar a los pacientes que más se beneficiarán de este tipo de terapias. Precisamente es una de las conclusiones extraídas de la jornada BIO19 organizada por la Fundación ECO. “Aunque sabemos mucho más de la inmunoterapia, estamos en plena curva de aprendizaje”, explicó el presidente de la Fundación ECO, Vicente Guillem.
“Ya tenemos una serie de estudios que demuestran mejores supervivencias con fármacos inmunooncológicos, donde tenemos largos supervivientes y menos toxicidades de los tratamientos”, afirmó Enriqueta Felip, oncóloga del Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona, quien explicó que estamos en una situación en la que ya hay un subgrupo de pacientes con cáncer de pulmón que es tratado en primera línea con inmunoterapia. “La quimioterapia en algunos casos está desapareciendo en pacientes seleccionados”, indicó.
Por su parte, Antonio Rueda, Ignacio Durán y Salvador Martín Algar analizaron los avances de la inmunoterapia en cáncer de cabeza y cuello, renal y tumores cutáneos, respectivamente. En todos los casos los estudios han demostrado mejoras en la supervivencia, en gran parte con la combinación de terapias. En el caso de los tumores cutáneos, “el impacto de la innovación con inmunoterapia ha cambiado el abordaje clínico y la historia natural de estos tumores”, señaló Martín Algarra.
Además, los expertos hicieron un repaso sobre el statu quo de los biomarcadores predictivos y pronósticos. Así, se puso sobre la mesa el papel que juega el microambiente en la identificación de biomarcadores. La principal conclusión es que actualmente “no existe un inmunobiomarcador ideal”, indicó Vicente Guillem, por lo que “habrá que utilizarlos en combinación”.
