El Global Madrid | jueves, 20 de junio de 2019 h |

La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) demanda más participación de los médicos y las sociedades científico-médicas en las decisiones sobre financiación y uso de los medicamentos en el Sistema Nacional de Salud (SNS), puesto que consideran que mejoraría la calidad y el rigor científico de las decisiones, permitiría reforzar la autoridad de estas y el funcionamiento del binomio médico-paciente en cuestiones de tratamiento. Cristina Avendaño-Solá, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC) y portavoz del Grupo de Medicamentos de Facmeafirma que “la normativa de los medicamentos no regula directamente la práctica médica ni los derechos de los pacientes, aunque, sin duda, la prescripción médica debe responder a dichas regulaciones”.

No es la primera vez que Facme llama la atención sobre este hecho, alertando de su preocupación por la sucesiva aparición de instrucciones, informes y decisiones administrativas sobre medicamentos sin ningún tipo de audiencia pública previa ni participación o consultas a los representantes de los médicos que conocen los medicamentos sobre los que se decide y quienes asumen la responsabilidad de la prescripción a los pacientes. Avendaño explica que “nos hemos posicionado públicamente frente a numerosos informes, planes de acción, decisiones administrativas, procedimientos… no solo reclamando una mayor participación médica sino también una comunicación pública general a profesionales sanitarios, pacientes y ciudadanos tanto de las decisiones tomadas como del informe de justificación que avala cada una de ellas”. A este respecto, añade que “una remisión genérica a los fundamentos legales o administrativos o a la sostenibilidad del sistema, si no se acompaña del análisis y justificación específica, no es válida para avalar decisiones complejas que van más allá del precio del medicamento y que afectan tanto a la práctica médica como a la atención que reciben los pacientes”.

En cuanto a la prescricpión médica, señalan que han aparecido dos documentos (uno relativo a la prescripción médica de medicamentos autorizados y no incluidos en la prestación del SNS, además del plan de acción para fomentar la utilización de los medicamentos biosimilares y genéricos). En este punto, creen que deberían ser los médicos, que son los que conocen de primera mano las enfermedades y el manejo de los pacientes, los que deberían participar en la evaluación de la eficacia de los medicamentos y corroborara que las decisiones que se toman se corresponden con las características técnicas. Refiriéndose al principio de equidad, Facme señala que se debe tener en cuenta el principio de equidad en el acceso a medicamentos en las distintas comunidades autónomas y hospitales de una comunidad (Art. 91.1 del RDL 1/2015) y a los pacientes cuyas situaciones particulares, graves o incapacitantes apunten a que la mejor decisión terapéutica para su supervivencia es un medicamento no financiado. Avendaño explica que “en ocasiones, para pacientes individuales, el tratamiento no financiado es el adecuado y la espera para la toma de decisión general no es una opción para él. Esto no debe interpretarse como una quiebra de la equidad, sino precisamente como un aseguramiento de la misma, al permitir tratar a los pacientes con necesidades particulares con alternativas similares a las que otros pacientes con afecciones comparables tienen acceso”

Por último, sobre la regulación del mercado, indican que las sociedades médicas incluidas en Facme se muestran totalmente a favor de la prescripción de medicamentos genéricos y biosimilares, y consideran que son un instrumento valioso para reducir el coste de los tratamientos. “Estamos de acuerdo con los objetivos del Plan del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, tanto en el general de fomento de la utilización de genéricos y biosimilares como en objetivos específicos tales como generar confianza en su utilización o reforzar la información basada en el conocimiento científico. Sin embargo, creemos que para conseguir tales objetivos deben realizarse mejoras en las medidas que se plantean. Los médicos prescriptores y los pacientes deben ser protagonistas en dichas medidas para fomentar la prescripción y uso de genéricos y biosimilares y sería completamente inadecuado realizar acciones a sus espaldas, haciendo pivotar el plan sobre las políticas de sustitución y cambios de medicamentos”, concluye Avendaño.