El Global Mérida | jueves, 08 de noviembre de 2018 h |

Extremadura —y en especial sus colegios farmacéuticos y sus 671 oficinas de farmacias— siempre tendrá un hueco reservado en la historia de la receta electrónica en España. No solo por ser la segunda comunidad autónoma, tras la pionera Andalucía, en implantar las prescripciones electrónicas, sino también por asumir los sendos pilotajes, en 2015, del proyecto de interoperabilidad de la e-receta del SNS (junto a Canarias en este caso) y las primeras pruebas de la receta electrónica de mutualidades.

Ahora, la historia dicta que se acaba de cumplir la primera década de la llegada de la receta electrónica a Extremadura, lo cual ocurrió en octubre de 2008. Una efeméride conmemorada en un acto celebrado este 8 de noviembre en Mérida (Badajoz), la localidad donde se inauguró el sistema ‘Diabolo’ que canaliza la e-receta extremeña.

En este acto, Cecilio Venegas, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, recordó el “reto” que supuso para Administración, farmacias y ciudadanos extremeños el “despliegue sin precedentes” de las prescripciones electrónicas y que tuvo como fase inicial un “corto” pilotaje de año y medio. Una vez concluida esta probatura, Cecilio recuerda cómo se consiguió que “en tiempo récord —seis meses— un millón de extremeños optasen a las prescripciones y dispensaciones electrónicas”.

Así las cosas, haciendo un guiño a la localidad que dio la bienvenida a este modelo y al posterior acto de homenaje diez años después, “Mérida es de nuevo, en el tercer milenio, referente europeo de un modelo integral que mejora la calidad de la atención sanitaria a los pacientes con un mayor control del gasto farmacéutico y garantizando en todo momento la confidencialidad de los pacientes con los correspondientes mecanismos y planes de seguridad”, expuso el presidente pacense.

Igualmente, sobre la importancia de este sistema, el consejero de Sanidad de Extremadura, José María Vergeles, también incide en las “mejoras sustanciales” que permite para el paciente, para el prescriptor (médico), y para el dispensador (el farmacéutico).

En concreto, como “mejoras sustanciales” para el paciente, Vergeles ha destacado que éste dispone de una “hoja informativa” de su seguimiento fármaco-terapéutico, así como que “recibe las medicinas cuando las tiene que recibir” y “no tiene que preocuparse de ir al centro de salud para renovar las recetas”. En el caso del prescriptor, Vergeles apunta que le alivia del 30 por ciento de las consultas administrativas y mejora su relación con el farmacéutico, ya que puede seguir los efectos adversos que pudiera tener un medicamento. “A las farmacias, a su vez, les permite conocer el seguimiento farmacoterapéutico”, ha explicado el consejero, quien se muestra “tremendamente satisfecho” con su implantación.