El Global Madrid | viernes, 28 de diciembre de 2018 h |

La Federación de Jóvenes Investigadores (FJI) ha hecho balance de los datos de investigación y ciencia en 2018, afirmando que un año más los datos son muy negativos. Según explican en su comunicado, se han publicado varios informes nacionales que advierten la disminución del número de artículos científicos de calidad, de la reducción del número de patentes y de la merma en los recursos humanos dedicados a I+D, añadido a que en España el número de investigadores por habitante es mucho menor que la media europea. Además, comentan que diversos informes de la Comisión Europea advertían que el crecimiento del PIB español de los últimos años no se había traducido en una mayor intensidad en I+D+i, presentando niveles muy bajos en innovación y empresas de investigación. Entre los motivos, que Europa invierte en ciencia un 22 por ciento más que antes de la crisis, mientras que España invierte casi un 6 por ciento menos que antes de la crisis. Concretamente, “España sólo gastó el 30 por ciento del Presupuesto para Ciencia de 2017, 1.376 millones, muy lejos de los 8.476 millones de 2009, debido a que más de la mitad de la partida era destinada a préstamos que no se solicitan en lugar de a contratar personal y financiar proyectos de investigación”, afirman en su comunicado.

Respecto a 2018, la FJI explica que, aunque el presupuesto para ciencia e investigación ha aumentado un 8,3 por ciento (542 millones de euros) respecto al año anterior, únicamente 183 millones de euros han sido en lo que se considera “no financiero”. Según comentan desde la Federación “este año la investigación científica ha continuado lastrada por años de recortes e inestabilidad laboral, y cada vez son más las personas que deciden abandonar la ciencia debido a las dificultades y la incertidumbre de la actual carrera investigadora”.

Por ello, recuerdan que como ya han hecho durante este año, continuarán defendiendo las condiciones laborales de los investigadores y las negociaciones del Estatuto del Personal Investigador en Formación (EPIF), con el objetivo de solucionar la precariedad laboral de los investigadores predoctorales y la pérdida de poder adquisitivo que experimentan los investigadores postdoctorales “bajo el amparo de la Ley de Ciencia”.