J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 02 de septiembre de 2016 h |

Alcanzar el 6,9 por ciento del Producto Interior Bruto en Sanidad. Este es el resumen de la propuesta acordada entre el Partido Popular y Ciudadanos para recuperar la “inversión pública sanitaria por habitante”. Una propuesta loable tras los recortes económicos sufridos en los últimos cuatro años pero que dependerá de los compromisos adquiridos por España con la Unión Europea. Esto es, reducir el déficit al 4,6 por ciento del PIB este año, al 3,1 en 2017 y al 2,2 en 2018. Además, en julio Bruselas avisó que, a cambio de la renegociación del desvío presupuestario, durante los dos próximos años España debía recortar 10.000 millones —5.000 por ejercicio—. Sin embargo, las cuentas entre ambos partidos “salen” si se consigue crecer al 0,8 por ciento trimestral, cifras conseguidas durante el primer semestre de 2016.

La propuesta, en términos más mundanos, se traduce en recuperar la inversión per cápita estatal en 100 euros, igualándolo así a los años precrisis (2007). “El objetivo es revertir la tendencia”, asegura un miembro del comité negociador de Ciudadanos. Durante los últimos cuatro años la inversión pública sanitaria se redujo en 126 euros por habitante. El partido de la formación naranja conseguiría con este compromiso alcanzar mitigar el efecto de la crisis económica, si bien no alcanzaría los niveles de 2010, cuando la inversión pública alcanzó los 1.493 euros de media nacional. Antes de las elecciones, el Partido Popular ya adelantó que la inversión este presente año se recuperaría en 47 euros por habitante (hasta los 1.279), por lo que el camino, hasta final de legislatura, sería prácticamente ahondar en este esfuerzo.

Sin embargo, durante el debate de investidura celebrado la semana pasada, hubo fuerzas políticas que pusieron en duda el cumplimiento de esta medida precisamente por la senda de cumplimiento de déficit. “Ustedes y su filial naranja pretenden seguir aplicando una política económica cuya prioridad absoluta sea reducir el déficit público. Usted sabe que eso solo puede hacerse reduciendo también significativamente el peso del gasto en el PIB, haciendo inalcanzable el supuesto objetivo de recuperar el gasto por habitante en sanidad”, afirmó el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

La inversión, además, busca como objetivo primordial, disminuir las diferencias autonómicas, compromiso que figura tanto en el programa del PP como de Ciudadanos. Este aspecto es el que liga de manera intrínseca la promesa a la reforma de la financiación autonómica. Es ahí, junto con las exigencias europeas, donde puede encontrarse mayores dificultades. ¿Puede el gobierno central exigir a una comunidad autónoma mayor inversión sanitaria? Lo cierto es que hoy por hoy no, pero también es cierto que podrían articularse mecanismos —veáse la reforma de la Lofca para obligar a acatar el pacto con Farmaindustria si se quiere acceder al FLA— para que las distintas regiones aumenten su gasto, amén de que son muchos los gobiernos autonómicos que hablan de necesidad de mayor inversión en Sanidad.