Carmen López Madrid | viernes, 14 de diciembre de 2018 h |

La investigación y la innovación están en la agenda de la Comunidad de Madrid, que tiene el ambicioso objetivo de convertirse en un referente autonómico. Así lo aseguró el viceconsejero de Sanidad, Fernando Prados, durante el encuentro Investigación e Innovación: Planificando el futuro en la Comunidad de Madrid, organizado por Fundamed y los Premios BiC. Al término de la legislatura, los esfuerzos se están dirigiendo hacia dos grandes proyectos: BioMad y la estrategia regional de terapias avanzadas.

En palabras de Prados, el proyecto BioMad convertirá a Madrid en región de salud y bienestar. Lo mismo opina Teresa Chavarria, directora general de Planificación, Investigación y Formación regional. “Tenemos nuestro sector sanitario público como proveedor de recursos y además las empresas del sector como organizadores y generadores del conocimiento”, apuntó. A su juicio, BioMad es una oportunidad única para generar sinergias público-privadas y así identificar áreas claves de colaboración.

El otro gran proyecto es la Estrategia de Terapias Avanzadas, en el que Madrid está alineada con el Plan en el que trabaja el Ministerio de Sanidad. La idea es optimizar la utilización de estas terapias a través de la formación, la gestión y la investigación con el objetivo de agilizar el acceso de los pacientes. En este contexto, María José Calvo, subdirectora general de Farmacia y Productos Sanitarios, explicó que la Consejería de Sanidad ha gastado el 30 por ciento de todo el presupuesto en medicamentos. “Si lo llevamos a la oncología, diariamente nos gastamos un millón de euros en medicamentos oncológicos. Tenemos la responsabilidad de decirle a los ciudadanos qué resultados tenemos”, apuntó. En su opinión, medir el valor de las nuevas terapias es crucial. “Tenemos que ofrecer herramientas para demostrar esos resultados en salud y confirmar si los resultados del ensayos clínicos son los reales”, añadió.

En esta idea incidió también Natacha Bolaños, coordinadora europea de Lymphoma Coalition, que puso el foco en las escalas ESMO para medir el valor de la innovación. “Hay que pensar en modelos innovadores para dar acceso a los medicamentos y poder anticipar los datos en vida real”, comentó; algo que, en su opinión, implica pensar en una armonización de los procesos. Además, Bolaños consideró que la interoperabilidad es crucial en el campo del Big Data, y por ello es “algo a resolver”.

El modelo de Madrid

Madrid cuenta con un modelo adaptado a las propias peculiaridades de su población. “La I+D está unida a la asistencia y se potencian bidireccionalmente”, apuntó Prados, que continuó relatando que a partir de aquí está en mano de todos explotar el trabajo. Para ello, hay que tener en cuenta el papel que juegan los 8 institutos de investigación sanitaria de Madrid y las 13 fundaciones de investigación biomédica. “Estas fundaciones deben de buscar sinergias. Una de las necesidades del sistema es que el conocimiento se globalice. Necesitamos que ese fluir del conocimiento se haga mucho más fácil y mucho más eficiente”, consideró.

Otro de los objetivos es internacionalizar la investigación, “intentando estar en la punta de lanza de la I+D”. Pero esto no es posible sin concienciación. “Tenemos que concienciar a los profesionales que deben formar parte de la investigación, no sólo como receptores, sino también como parte de la potenciación de la actividad investigadora”, acotó Prados.

Ahondando en esta idea, Chavarria recordó que la comunidad cuenta con una “importante masa crítica de investigadores procedentes de los hospitales, la universidad y otras entidades”. La investigación clínica, en este caso, se traduce en los ensayos clínicos de medicamentos que actualmente se están desarrollando en los hospitales. “Contamos con un número importante de comités de ética de investigación clínica de medicamentos de uso humano, en concreto, 13”, explicó. Además, si algo diferencia a Madrid de otras regiones es la incorporación en estos comités de los pacientes. “Somos la comunidad con mayor número de CEIm de referencia”, destacó.

A juicio de la directora general de Planificación, Investigación y Formación regional, la investigación ayuda a la sostenibilidad del sistema, al tiempo que permite el acceso de los pacientes a la innovación, lo que repercute en el avance de la medicina. “Madrid es la región que destina mayor volumen de recursos a actividades de I+D”, indicó. Además, añadió, a nivel de biotecnología Madrid es actualmente “una de las comunidades con mayor inversión en investigación”.

No hay que olvidar la organización. “Para que un instituto sea competitivo tiene que contar con una estructura de gestión bien definida. Logramos hacer de la investigación traslacional y clínica una realidad”, expuso Chavarría. Además, hay que tener en cuenta que los institutos son agentes captadores de ideas. Madrid tiene como objetivo fomentar la I+D+i mediante el impulso de actividades que promuevan la competitividad, con una serie de valores: orientación al paciente, eficiencia de los recursos y compromiso con los resultados. Si bien, como indicó la experta en esta tarea de fomentar y planificar la investigación “hace falta dinero”.

Por otro lado, la internacionalización de la innovación madrileña exige la necesidad de formar a los profesionales en la gestión de proyectos europeos. De hecho, actualmente la consejería es socia principal de la iniciativa europeo EIT-Health, algo que Chavarria pone en valor en su discurso: “Esto nos pone en el mapa y nos permite incrementar la captación de recursos”. No hay que pasar por alto tampoco la aparición de nuevos roles profesionales que exige la “nueva medicina”. Es el caso del data manager o el gestor de datos en el ámbito del Big Data. En definitiva, resumió, “perfiles que ya demanda el sistema”.

En materia presupuestaria, la directora general aseguró que actualmente se está haciendo un esfuerzo por incrementar el presupuesto en las fundaciones, al margen de la captación de recursos.

De la teoría a la práctica

Cristina Grávalos, coordinadora del Plan de Oncología de la Comunidad de Madrid, explicó la puesta en marcha de la última estrategia de oncología 2017-2020 y su traslación a la práctica clínica. La llegada de nuevos fármacos y los biomarcadores ha cambiado de manera importante la supervivencia de los pacientes. En parte gracias a la participación, cada vez mayor, en los ensayos clínicos. Según datos de la Aemps, actualmente hay 800 ensayos clínicos en oncología en la Comunidad de Madrid, y el registro de ensayos está funcionando muy bien, “lo que está favoreciendo que los pacientes puedan fluir de un hospital a otro”. Lo que está claro para Grávalos es que las alianzas son fundamentales entre hospitales, industria, primaria, sin olvidar a la universidad, las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes.

Desde la esfera hematológica, José Luis Díez, presidente de la Asociación Madrileña de Hematología y Hemoterapia, remarcó que la llegada de la terapia celular marca la pauta. “Nos tendremos que centrar en el acceso a estas terapias tanto los profesionales como los pacientes”, dijo. El alto coste de estas nuevas estrategias terapéuticas exigirá a su juicio la búsqueda de nuevos modelos de colaboración con la industria. “Debemos saber integrar a los centros investigadores que desarrollan estas terapias con los hospitales”, añadió.

Toda esta innovación tiene su traslación en el hospital. Tanto el director médico del Hospital Clínico San Carlos, Julio Mayol, como el gerente del Hospital Universitario de Fuenlabrada, Carlos Mur de Viu, tienen claras las recetas para que España despegue en esta carrera. Madrid es la cuarta región más rica de Europa y la primera en España por PIB. En este contexto, ¿para qué investigamos en el SNS? Según Mayol, “para generar valor a tres niveles: para el que asigna recursos —decisores—, para los gerentes, y para los pacientes”. Con estas premisas, consideró fundamental “convertir el Sistema Madrileño de Salud en un living lab”, de manera que los datos en vida real fluyan. “Tenemos que construir a través de la innovación algo que nos permita saber de dónde partimos y a dónde vamos”. Además, el escollo de la interoperabilidad también supone una barrera para compartir información entre hospitales. “El reto está en construir un ecosistema que no se quede solo en el material y métodos”, dijo.

Mur de Viu puso en valor la estrategia que tiene en marcha la región. El esfuerzo —está convencido— de que tiene que ser conjunto. Desde el punto de vista legal, es necesario adaptar la normativa para que se flexibilicen los procedimientos. Por otra parte, existe experiencia en otros países que sería bueno “copiar o adaptar”, como por ejemplo el Modelo Karolinska, que contó con una clara financiación a corto-medio plazo. “Hay que buscar fórmulas de financiación novedosas que permitan la sostenibilidad”, abogó.

El Punto de vista de la industria

Desde el punto de vista de la industria, Juan José Polledo, director de Governmental Affairs & Market Access en Celgene, ve con optimismo el futuro de la investigación y la innovación en España. A su juicio, “la palabra Madrid es una palabra de mucho valor”. El experto considera que la investigación tiene tres ingredientes principales: conocimiento, largo plazo y riesgo. Sin embargo, estos elementos “no suelen levantar entusiasmo en la empresa pública”, reconoce, aunque es un desafío que hay que superar. La industria, sin duda, juega un papel fundamental en este terreno, y junto con el resto de agentes la estrategia parece clara. Polledo está convencido de que el camino es largo, pero gracias a la calidad de los investigadores en España, el reto es más fácil. Además, el avance de la tecnología y la posibilidad de trabajar en tiempo real hace que, cada vez más, se eliminen las barreras actuales.