La necesidad de aunar la viabilidad económica del sistema sanitario con una respuesta a la altura en el acceso a la innovación es una cuestión que ocupa y preocupa a los economistas de la salud. Félix Lobo, catedrático de Economía y director del Seminario de Estudios Sociales de la Salud y los Medicamentos de la Universidad Carlos III de Madrid, ha presentado un libro titulado ‘La economía, la innovación y el futuro del Sistema Nacional de Salud en España’ en el que esboza algunas claves para poder mantener la calidad de la sanidad. El economista parte de una pregunta necesita una respuesta clara por parte de las administraciones. “Hay que decidir entre instaurar más impuestos o más recortes. Yo abogo por más impuestos pero hay que hacerlo con cuidado porque esto puede lastrar el crecimiento que está teniendo ahora la economía”, afirma.
En este sentido, Lobo explica en su libro que la presión fiscal en España es relativamente baja, por lo que resulta “indispensable reformar el sistema tributario español para incrementar su capacidad recaudatoria y poder financiar el Estado del Bienestar.
El crecimiento sostenido de la economía española es necesario para asegurar la sostenibilidad del Sistema Sanitario
El economista explica que el crecimiento sostenido que está experimentando ahora España es necesario para la sostenibilidad del sistema, pero no suficiente. “El sistema sanitario debe participar de este crecimiento”, explica. Además, también asegura que una tercera vía, que no incluyese ni impuestos ni recortes, sería desviar otros recursos del Estado a las necesidades de la sanidad. “Aquí quiero recordar, sin embargo, que más sanidad no es más salud, por lo que la conclusión general es que nuestro principal problema no es de recursos sino de cómo gastar los que tenemos”, aseguró.
Una de las tensiones más importantes a las que se va a enfrentar la sostenibilidad del sistema sanitario es el acceso a las innovaciones disruptivas que están a las puertas. José Ramón Repullo, Jefe del Departamento de Planificación y Economía de la Salud en la Escuela Nacional de Sanidad, también identifica este problema, pero avisa de que es necesario un análisis exhaustivo para decidir qué es innovación. “Hay algunos medicamentos que sólo han sido disruptivos en el precio, no en el valor”, afirma. Por otro lado, el economista Guillem López Casasnovas, explicó que las iniciativas de las administraciones tienen que pasar por la anticipación y lanzó un mensaje a la industria farmacéutica. “El protocolo de sostenibilidad no resuelve el problema”, dijo. Además, el ex consejero del Banco de España indicó que los grupos políticos no deben buscar “un pacto de Estado para la Sanidad, sino un pacto de procedimientos”.
El problema del acceso a la innovación también tiene raíces legislativas para los economistas de la salud
Para Lobo, además, el problema del acceso a la innovación y su correcta financiación tiene una vertiente legal. “Las insuficiencias legislativas no dejan de ser paradójicas si tenemos en cuenta que se realizan en el país numerosas actividades y estudios de evaluación por parte de distintos agentes: organismos públicos, como las diversas agencias de evaluación de tecnologías, consorcios interregionales, empresas privadas o consultoras especializadas”, explica. Como contrapeso, Lobo destaca el importante papel que pueden tener los IPT para analizar correctamente las innovaciones. “Es indudable que los IPT son un paso adelante que facilita la futura implantación de la evaluación de eficiencia como requisito legal por las administraciones y el propio desarrollo de estudios de este tipo”, dice.
