El Global Madrid | lunes, 30 de abril de 2018 h |

La Fundación Weber, en colaboración con la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura, el Servicio Extremeño de Salud (SES) y la Fundación para la Formación e investigación de los profesionales de la salud de Extremadura (Fundesalud) y el apoyo de Chiesi, han publicado el informe ‘Carga Económica y Social de la EPOC en Extremadura’, que refleja el coste de la asistencia a pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en la región. Este estudio ha sido realizado, además, gracias al apoyo de los profesionales de atención primaria del SES y cifra en más de 36 millones de euros el coste de los pacientes con EPOC en Extremadura.

Según Álvaro Hidalgo-Vega, presidente de la Fundación Weber, “las consecuencias económicas que se deducen son significativamente altas, pero la carga de la EPOC no solo incluye los costes directos asociados al consumo de recursos sanitarios, sino también los costes indirectos relacionados con las pérdidas de productividad laboral que los pacientes pueden sufrir como consecuencia de su mal estado de salud y del tiempo empleado para visitas médicas o estancias hospitalarias asociadas a esta enfermedad”.

El trabajo ha investigado por ello los costes directos e indirectos que representa la enfermedad en Extremadura a través de una muestra de más de 350 pacientes extremeños a lo largo del 2015, representativa por área de salud, sexo y edad. Del impacto global extraído se desprende que cada paciente representa un gasto medio de 3.757,7 euros, de los cuales se estima que el 43,8% (1.645,0 euros) representan costes sanitarios directos, los costes indirectos el 38,3% (1.440,2 euros) y las pérdidas de productividad laboral el 17,9% (672,1 euros).

El estudio también refleja las necesidades que los pacientes tienen tanto de los profesionales sanitarios como de sus cuidadores familiares. En la mayoría de estos casos los cuidadores son familiares directos de los pacientes y ello representa también un coste indirecto. Del mismo modo, la baja calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores se considera un coste intangible, aunque resulte difícil realizar una estimación económica. Por último, el profesor Hidalgo-Vega concluye que “la EPOC supone una carga importante para el sistema sanitario y la sociedad extremeña. Por ello, la instrumentación de medidas preventivas y de control podría traducirse en una reducción sustancial del impacto económico, así como en un incremento de la calidad de vida de los pacientes”.