C. R. Madrid | viernes, 18 de mayo de 2018 h |

El Plan de Acción Mundial sobre Vacunas 2011-2020 tenía un reto claro: hacer accesible la inmunización universal, a través de diversos objetivos. Pero los progresos que se registran a nivel global siguen siendo demasiado lentos para que se puedan cumplir la mayoría de ello, según reconoce el informe que esta semana se presenta en la 71ª Asamblea Mundial de la Salud.

En los últimos años se han hecho algunos progresos: el número de casos notificados de poliomielitis por poliovirus salvajes alcanzó en 2016 su mínimo histórico; se ha certificado la eliminación del tétanos materno y neonatal en tres países; nueve más han introducido nuevas vacunas… Pero otros problemas, mundiales, regionales y nacionales, ponen en riesgo nuevos avances.

La incertidumbre económica, los conflictos y los desastres naturales, los desplazamientos y migraciones y los brotes de enfermedades infecciosas plantean grandes retos a los programas de inmunización. Al mismo tiempo, la OMS ve “signos preocupantes de complacencia y de insuficiente compromiso político” con la inmunización, así como un insuficiente reconocimiento mundial de su poder para contribuir a alcanzar objetivos más generales en materia de salud.

Recomendaciones

Entre las cuestiones más urgentes, según la OMS, está el identificar y resolver de forma sistemática las cuestiones relacionadas con la adquisición y otros aspectos que influyen en el acceso a las vacunas, así como ampliar los esfuerzos destinados a conocer la demanda y los suministros actuales y previstos de vacunas de uso sistemático, prestando especial atención a aquellas que corren mayor riesgo de escasear.

Asimismo, la OMS insta a trabajar para incrementar la aceptación y demanda de la vacunación y para mejorar el desempeño y el alcance de los programas nacionales de inmunización. En todas las regiones, además, se hace un llamamiento para reforzar los sistemas de vigilancia de las enfermedades transmisibles que pueden ser prevenibles mediante vacunación.