Carlos B. Rodríguez Madrid | miércoles, 18 de enero de 2017 h |

Los ministros de Salud de la OCDE reunidos en París durante la Conferencia Ministerial para debatir las opciones que permitan diseñar e implementar las próxima generación de reformas sanitarias han coincidido en señalar la necesidad de medir los resultados en salud como vía para encontrar una solución al problema del acceso, la innovación farmacéutica y la sostenibilidad. Así ha quedado patente en una declaración conjunta firmada al término del encuentro.

El documento suscrito parte de los logros alcanzados hasta ahora en los sistemas sanitarios: los ministros de Salud de la OCDE coinciden en señalar los progresos conseguidos en torno a la cobertura sanitaria universal; en el aumento en la esperanza de vida como en la disminución de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, así como en la consecución de estilos de vida más saludables. Pero aún queda mucho por hacer. Los retos ahora son las inequidades en el acceso; el aumento de las enfermedades crónicas y encontrar la solución a cómo pagar de manera efectiva por las tecnologías sanitarias, “en particular por los medicamentos innovadores”.

El reto de los nuevos medicamentos

En este capítulo, la declaración ministerial apunta a las innovaciones como una oportunidad para mejorar la eficiencia de los sistemas sanitarios y la salud de la población, pero no olvidan que algunos de estos tratamientos llevan aparejado un impacto presupuestario significativo (no en vano, el término “muy costosas” aparece subrayado en el texto) y “profundas implicaciones” para los sistemas nacionales. Desde este punto de vista, los ministros de Salud confían en la evaluación de las tecnologías sanitarias como un instrumento clave para generar la evidencia necesaria en torno a estos tratamientos para afinar su valor y su coste, entre otras cosas.

Tras revisar sus experiencias en este campo, los responsables sanitarios de los países de la OCDE han vuelto a reconocer la oportunidad asociada al trabajo colaborativo a nivel internacional para, en algún caso, “reducir las duplicaciones en los mecanismos de evaluación” e incrementar la transparencia de los procedimientos para los pacientes, proveedores y pagadores.

Asimismo, concluyeron que los estados de la OCDE deberían trabajar juntos para generar evidencia en torno a la efectividad de los tratamientos tomando como base los resultados reales, de cara a adoptar decisiones informadas sobre la adopción y uso de las nuevas tecnologías. Ésta es precisamente una de las líneas clave de los informes que los expertos de la OCDE presentaron durante la Conferencia Ministerial, uno de los cuales ahonda en la idea de reformar el sistema farmacéutico, reequilibrando también el poder de negociación entre los pagadores y la industria farmacéutica.

Uno de los dos anexos incluidos en la declaración hace referencia a estos trabajos. Los ministros han solicitado a la OCDE que realice un trabajo de seguimiento de las recomendaciones lanzadas para optimizar las innovaciones en la asistencia sanitaria, no sólo en cuanto a su uso, sino también en cuanto a la adopción de medidas de transparencia y de coste-efectividad, identificando de paso las mejores vías de trabajo en el marco de cooperación internacional.

Evitar derroche

Otro de los puntos claves de la declaración ministerial tiene que ver con la promoción de sistemas sanitarios de alto valor. En este punto, los ministros reconocen que, a diferencia de lo que ha ocurrido fuera de Europa, muchos países miembro de la UE han recortado (en algún caso significativamente) sus presupuestos sanitarios. Desde este punto de vista, han mostrado su preocupación por el segundo de los informes presentado por los expertos de la OCDE, que presenta evidencias sobre segmentos del gasto sanitario (incluido el farmacéutico) que no aportan ningún valor ni mejora la salud de los pacientes.

Por todo ello, otro de los objetivos de los países de la OCDE atenderá a este gasto superfluo y cómo minimizarlo. Cada uno de ellos pudo exponer, por ejemplo, iniciativas de bajo coste que pueden permitir liberar recursos para hacer frente a otros gastos necesarios o que pueden eliminar algunas barreras que actualmente están incrementando este coste, y que vendrían a sumarse al amplio catálogo de medidas incluído en el informe de la OCDE.