C. R. / A. M. / J. R. Madrid | viernes, 31 de mayo de 2019 h |

El recién finalizado maratón electoral ha empezado a aclarar algo el panorama nacional, trasladando los principales interrogantes (ver mapa) a las comunidades autónomas. De las 12 que fueron a las urnas el 26-M, al menos siete tendrán consejero o consejera socialista. Más allá poco se puede vaticinar, especialmente después de que PSOE y Ciudadanos hayan levantado sus respectivos ‘cordones sanitarios’, ampliando el abanico de posibles pactos post-electorales y poniendo a prueba, de paso, la coherencia futura de la políticas sanitarias, especialmente del PSOE.

La Sanidad en duda: la clave de C´s

El partido de Albert Rivera es clave para decidir el color de cuatro comunidades: Madrid, Castilla y León, Murcia y Aragón. El hecho de que la formación naranja haya permitido a cada territorio definir su programa, con una autonomía similar a la que Unidas Podemos ha otorgado a sus federaciones, podría dar lugar a situaciones cuando menos curiosas.

El caso más llamativo, sin duda, ocurre al comparar sus apuestas farmacéuticas en Madrid y en Castilla-La Mancha. La polémica participación de la formación naranja en la Asamblea de Madrid en la tramitación de la Ley de Farmacia, que entre otras cosas llevó a eliminar la atención farmacéutica domiciliaria del texto y a su posterior no aprobación, se ha plasmado en la apuesta de esta formación de una “nueva Ley de Farmacia” para la próxima legislatura. Pero en Castilla y León, y bajo la batuta de Francisco Igea, Ciudadanos apuesta sin ambages por la farmacia comunitaria asistencial “para cubrir las carencias del actual sistema sanitario en la atención a los pacientes con enfermedades crónicas y residentes en su domicilio”.

En concreto, este programa electoral asegura que “los nuevos Servicios Profesionales Farmacéuticos incluirían, entre otros, prestar servicios a residencias y a los hogares de los pacientes y ayudar a gestionar la medicación a aquellos pacientes de nuestras farmacias que tienen regímenes de tratamiento complejos, por ejemplo, preparando sistemas individualizados de dosificación; fomentar servicios como la prescripción repetida, que permite a pacientes controlados recibir su medicación durante un periodo de tiempo determinado desde su farmacia comunitaria, sin necesidad de volver a la consulta del médico y cooperar con otros miembros del equipo asistencial para la detección y gestión de enfermedades crónicas, y aportar su conocimiento sobre los medicamentos a redes de atención especializada que traten una patología específica”.


En Castilla y León, y bajo la batuta de Igea, C´s apuesta sin ambages por la farmacia comunitaria asistencial


No quedan aquí las particularidades del programa sanitario de Ciudadanos en Castilla y León frente al de otros territorios. En farmacia también cabe mencionar su intención, muy alejada de los dos principales partidos y “de acuerdo con la UE”, de fomentar “la liberalización del modelo farmacéutico”, mejorando el acceso y defendiendo su interés como servicio público. Asimismo, C´s propone en Castilla y León el llamado “modelo de mínimos” y establece en 150 metros la distancia mínima entre farmacias y un mínimo de 700 habitantes por farmacia. Ello supondrá, dice, una mejora y mayor cercanía al usuario así como la creación de puestos de trabajo.

Fuera de la oficina de farmacia, el programa de Igea se posiciona contra el sanitario y plantea una revisión de la carga de los distintos estamentos sociales en el actual modelo de copago farmacéutico, así como una “racionalización del gasto farmacéutico” mediante la medida que denomina de “tratamiento en envase único” con la finalidad de “disminuir en lo posible” la factura, al tiempo que se fomenta la prescripción por principio activo y se potencia el uso de especialidades farmacéuticas genéricas. Frente a ello, en Madrid y en Aragón, Ciudadanos plantea la creación de similares Comisiones de Farmacia Autonómicas.

Al cierre de esta edición, Ciudadanos había decidido priorizar las conversaciones con el PP en Madrid y Murcia. De salir adelante, estos dos puestos, más los de Andalucía y Galicia, serían azules en el Consejo Interterritorial y no implicarían grandes cambios en la política sanitaria, más allá de los requisitos de transparencia exigidos por Ciudadanos.

Pero en Castilla y León, Igea se muestra abierto a negociar con el PSOE. Y si bien los socialistas no han olvidado a la profesión en su programa —quieren impulsar el papel de los farmacéuticos de AP y establecer protocolos de colaboración entre los Equipo de AP y los farmacéuticos comunitarios, con la coordinación del farmacéutico de AP, para la conciliación de la medicación, la optimización de la farmacoterapia, el aumento de la seguridad y efectividad de los tratamientos, la mejora de la adherencia y la reducción de la utilización inadecuada de los medicamentos— las diferencias con el programa de Igea son muchas. La influencia de la formación naranja podría ser determinante y diferenciar la política regional con respecto a las siete regiones en las que el PSOE va a gobernar, bien en solitario, o bien acompañado.

La Sanidad de la izquierda que suma

Las primeras vienen de Extremadura y Castilla-La Mancha. Allí, donde el Partido Socialista tiene asegurada la gobernabilidad en solitario, las políticas sanitarias venideras no admiten cábalas.

En Extremadura, una de las grandes propuestas en Farmacia pasa por el impulso a una estrategia para el uso racional de medicamentos, “incrementando la sensibilidad respecto al gasto farmacéutico y las resistencias a los antibióticos” y por la mejora de la eficiencia en la gestión del SES con la compra centralizada de medicamentos y productos sanitarios, “asegurando la trazabilidad y el uso adecuado de los mismos”. De cara a una incorporación sostenible de la innovación, el PSOE extremeño ha prometido potenciar “la investigación independiente que sirva de contrapeso en las negociaciones con la industria farmacéutica” y negociar techos de gasto.

Muchas de estas medidas —política de eficiencia en gasto farmacéutico, compra centralizada y formación en uso racional— también forman parte del programa sanitario de Castilla-La Mancha. No obstante, en esta región los socialistas han hecho una apuesta por la diferenciación, priorizando en sus políticas la investigación biomédica.


De las 12 comunidades que fueron a las urnas el 26-M, al menos 7 tendrán un consejero o consejera socialista


En Asturias, La Rioja y Baleares, regiones que podrían ser gobernadas por el PSOE con el apoyo de Podemos, la suma de las izquierdas presenta una política sanitaria en la que, como era de esperar, proliferan las menciones a la sanidad pública, a la eliminación de los copagos y a la universalidad.

La Sanidad de Revilla

El reparto del mapa de consejerías continuaría con las cuatro últimas comunidades. Cantabria, rara avis del 26-M, ha dado la victoria al Partido Regionalista Cántabro, muy centrado en su programa de Gobierno en las obras del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

Así, aunque la Consejería de Sanidad pase a manos del PRC, no sería descabellado pensar que sean determinantes las posiciones de sus socios de gobierno, especialmente si ese socio es el PP, toda vez que la candidata popular a la presidencia regional no era otra que María José Sáenz de Buruaga, que ocupó la Consejería de Sanidad de Cantabria desde el 28 de junio de 2011 hasta el 10 de julio de 2015.

Aunque el programa popular en esta comunidad no ofrece detalles ni medidas específicas en materia de Farmacia, sí que incluye la intención de “promover la incorporación de nuevos perfiles profesionales en el terreno de la asistencia sanitaria, así como la definición de los nuevos roles que los profesionales han de llevar a cabo en el marco de las nuevas necesidades asistenciales”… Toda una declaración de intenciones que, a falta de concreción, daría motivos de alegría a los farmacéuticos regionales. No hay que olvidar que esta filosofía es la misma que inspiró al PP para impulsar la (fallida) Ley de Farmacia de Madrid, y que sin duda volverá a la palestra si se confirma el acuerdo entre el PP y C´s en la capital.

La Sanidad más complicada

El último capítulo de los pactos se abre en Aragón, Navarra y Canarias, las tres plazas donde más duras serán las negociaciones. En Aragón, las fuerzas de izquierda y derechas empatan y en medio se sitúa el Partido Regionalista Aragonés, que si bien se suele decantar hacia su diestra ha puesto reticencias con la presencia de VOX. En Navarra, el PSOE no quiere pactar con Bildu y la única salida sería darle el Gobierno a Navarra Suma (coalición de PP y Ciudadanos).

En Canarias el PSOE ha resultado ganador, pero no suma mayoría con el resto de formaciones de izquierdas, lo que deja la puerta abierta a que Coalición Canaria intente articular una mayoría suficiente. Lo más sencillo sería un bipartito entre estas dos primeras formaciones, pero están muy alejadas políticamente. Si este pacto con el PSOE no fuera posible, CC se enfrentaría a otro reto no más pequeño: el formar gobierno con el concurso de prácticamente el resto de formaciones.

¿Consejero Igea?

En Castilla y León, la suma de PSOE y Ciudadanos daría mayoría absoluta y pondría fin a varias legislaturas de gobierno del Partido Popular. El ex portavoz de la formación naranja en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados y actual candidato a la presidencia de la Junta en esta comunidad autónoma ya ha abierto la puerta a negociar con los socialistas. “Castilla y León está cansada de 32 años de mayoría absoluta del PP, de clientelismo y de soberbia”, dice Francisco Igea. En este caso, y aunque el PSOE tiene más diputados que Ciudadanos, la posición de fuerza de éstos y el pasado de Igea serían dos motivos que por sí solo ya justificarían el hacerle consejero de Sanidad.

No sólo eso. Aunque C´s decidiera otorgar su confianza al PP en esta región, la anunciada marcha de Antonio María Sáez Aguado implica que habría que seguir buscando un nuevo consejero. A preguntas de los medios de comunicación, Sáez Aguado no ocultó su opinión sobre quién, a su juicio, podría ser un buen sustituto para ocupar su sillón en el Interterritorial. La respuesta no es otra que Francisco Igea, debido a sus conocimientos en la materia.