Carmen M. López Madrid | viernes, 22 de noviembre de 2019 h |

No son muchas las afirmaciones que pueden considerarse unánimes dentro del sector sanitario. Una de ellas, sin duda, es la que urge a determinar el valor de los medicamentos para garantizar la sostenibilidad. Los mensajes llegan cada vez con más fuerza desde el área de la oncología. Conscientes de que el valor de los medicamentos no está bien definido, los oncólogos siguen fomentando la búsqueda y mejora de herramientas que contribuyan a ello. Este fue, de hecho, uno de los objetivos del Primer Simposio de Calidad en Oncología impulsado por la Fundación ECO y recogido por el semanario Gaceta Médica.

La realidad es que actualmente no hay consenso en determinar si una intervención médica es una opción de alto valor o no. Basta con analizar las actuales escalas de valor: ESMO, ASCO, NCCN o Drugs Abacus, recordó Alberto Cunquero-Tomás, del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. A juicio de este experto, para medir el beneficio clínico se deberían tener en cuenta nuevos criterios y combinarlos con los tradicionales.

Análisis multi-criterio

Una buena herramienta es, a su juicio, el análisis de decisión multi-criterio como herramienta de ayuda a la toma de decisiones. En este sentido, los criterios principales a definir serían las necesidades de la enfermedad, los resultados comparativos de medicamentos, el tipo de beneficio farmacológico, las consecuencias económicas de las terapias y el conocimiento de la terapia. Como subcriterios, este experto apunta a la gravedad de la enfermedad, las necesidades no satisfechas, la comparación de eficiencia, de la seguridad y de la tolerabilidad, la comparación del coste del tratamiento y de otros costes clínicos y la calidad de evidencia, entre otros.

Teniendo esto en cuenta, según Cunquero-Tomás, la herramienta Drug Abacus parece la más adaptativa. En todo caso, añade que “la elaboración de un marco de valor específico” para cada país en la práctica clínica diaria puede ser el paso clave para una mejor determinación del beneficio clínico del fármaco y la sostenibilidad de cada sistema.