Carmen López Madrid | viernes, 07 de julio de 2017 h |

La erradicación de la hepatitis C es el reto que Ministerio de Sanidad, comunidades autónomas y profesionales sanitarios tienen puesto en el horizonte. Dos años después de la puesta en marcha el Plan Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C, el sector sanitario celebra el éxito de esta estrategia que ha servido de modelo para otros países. Un trabajo que han realizado en conjunto las comunidades autónomas y el ministerio para tratar a 79.285 pacientes.

Con las pilas renovadas, el Sistema Nacional de Salud (SNS) una nueva etapa con una meta clara: extender el plan hasta 2020 y universalizar el acceso a los tratamiento a todos los pacientes independientemente de su grado de fibrosis. El balance y las lecciones aprendidas se pusieron de manifiesto en la Jornada ‘Hepatitis C: un reto mundial’, organizada por Fundamed con el apoyo de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEHH), la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas (Aehve) y la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), además de la colaboración de AbbVie, Gilead y MSD.

Las estrategias frente a la hepatitis C en la práctica clínica y asistencial fue el centro del debate de los profesionales y especialistas en esta patología. Con la democratización de los tratamientos en la casilla de salida, el siguiente paso es el cribado de la hepatitis C, ya que es “la receta para la erradicación de la enfermedad”, apuntó Juan Berenguer, miembro de la Seimc.

Lo que no está tan claro es si potenciar un cribado universal o hacerlo solo en grupos de riesgo. El debate parece estar en esta idea. La falta de registros y de datos epidemiológicos reales es lo que también lo está frenando. Para José María Molero, representante de SEMFyC y Aehve, el cribado debería realizarse a una población concreta y no extenderlo a todos. Y para ello, primaria es “un nivel estratégico”. Molero lamentó que en los inicios del plan no se contara con AP, porque es un nivel asistencial que puede asumir la prevención. Si bien, la complejidad de los tratamientos ha impedido hasta el momento la participación de estos profesionales.

Agustín Albillos, miembro del Consejo Asesor del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C del Ministerio, por su parte, incidió en el desconocimiento de la dimensión del problema oculto, es decir, los pacientes sin diagnosticar. “Tenemos una oportunidad magnífica que es el tratamiento universal y el reto es aumentar la tasa de diagnóstico”, expuso. En este discurso, el presidente de la Aehve, Javier García-Samaniego, considera que la mejora del cribado tiene que estar vinculado a la mejora de los procesos de continuidad asistencial, “e incidir en el diagnóstico en un solo paso”. A su juicio, los datos avalan que optimizar el diagnóstico del VHC en cualquier centro sanitario “es coste efectivo”, y si se vincula con un tratamiento precoz “se habrá ganado mucho tiempo, sin esfuerzos inútiles”, adelantó.

Otro eslabón de esta continuidad asistencial es la farmacia hospitalaria. El coordinador del Grupo de Trabajo de Hepatopatías de la Sociedad Española del Farmacia Hospitalaria (SEFH), Álvaro Giménez, expuso el trabajo que se ha hecho en apoyo a la estrategia nacional. “Los SFH son elementos estratégicos con una función logística donde está el medicamento adecuado en el momento adecuado y al menor coste posible”. Un ejemplo, a su juicio, de que la colaboración de la FH ha sido clave desde el registro de pacientes, hasta la búsqueda de fórmulas para equilibrar la balanza entre innovación y sostenibilidad. Como indicó Giménez, “ha tocado negociar también y ayudar en los acuerdos de riesgo compartido, el pago por resultados o los techos de gasto”. En definitiva, la FH “ha sido un puente entre el paciente y su resultado farmacoterapéutico, y entre el sistema sanitario y la mayor eficiencia posible”.

Con estas premisas, parece claro hacia donde tienen que ir los esfuerzos de comunidades y Ministerio. Sobre el papel hay escrita una estrategia, acordada por consenso en el último Consejo Interterritorial, que se debe apuntalar por estos desafíos. Siendo así, se podrá hablar en 2021 de que la hepatitis C es una enfermedad residual, y “será una realidad el pensar en Europa como un continente libre de hepatitis C”, apostilló García-Samaniego.

Pacientes

El secretario de Relaciones Institucionales de la Federación Nacional de Enfermenos y Trasplantados Hepáticos, Jesús Fargas, destacó los éxitos del plan, aunque destacó una demanda importante, “el cribado”, aunque no pudo especificar aún entre “las poblaciones de riesgo y el universal”. El presidente de la Plataforma de Afectados de Hepatitis C de la Comunidad de Madrid, Adolfo García, se manifestó en esta línea sobre la necesidad de “buscar aquellos enfermos que no saben que lo son”.