C. R. Madrid | viernes, 18 de mayo de 2018 h |

Entre los principales progresos realizados por la Secretaría General de la OMS en el área de la I+D se encuentra la creación del Observatorio Mundial de la Investigación y el Desarrollo Sanitarios, hace apenas un año. Sus trabajos están a punto de dar un salto cualitativo y cuantitativo, con la elaboración, prevista para 2018, de una metodología relativa a la priorización de las necesidades de I+D que permita abordar las actuales lagunas en el conocimiento de enfermedades.

La intención de la OMS es que, en 2019, esta metodología haya ofrecido sus primeros resultados, con la creación de una lista de necesidadades de I+D priorizadas en relación con las enfermedades de los tipos II (aquellas que afectan tanto a los países ricos como a los pobres, si bien en estos últimos se encuentra una proporción considerable de casos) y tipo III (enfermedades que afectan de manera predominante o exclusiva a los países en desarrollo). Para 2020, la lista final incluirá las enfermedades de tipo I (las que afectan tanto a países ricos, como a pobres, con una gran cantidad de población vulnerable en unos y otros).

Aunque se han realizado progresos en ciertos aspectos de la innovación y el acceso, aún persisten, según la OMS, muchos de los problemas que motivaron la formulación de la estrategia mundial y plan de acción sobre salud pública, innovación y propiedad intelectual. A ello se suma la aparición de “nuevos problemas”, como la falta de nuevos productos sanitarios en ámbitos que lo requieren y de financiación sostenible; el elevado coste de muchos medicamentos o la falta de productos sanitarios esenciales.

La Asamblea Mundial de la Salud enfrentará a los estados a comprometerse plenamente con la aplicación de la estrategia mundial, muchas de cuyas recomendaciones beben del informe elaborado por el Panel de Alto Nivel de la ONU. La OMS ve con preocupación la distinta medida en que los países han aplicado y utilizado las flexibilidades previstas en el Acuerdo sobre los ADPIC, y las disposiciones contenidas en los acuerdos comerciales que fortalecen los regímenes de patentes y los prolongan más allá de los dispuesto en este acuerdo. Su intención de la OMS es que, para 2021, se elabore un informe interinstitucional relativo a legislación nacional y directrices sobre patentes, que incluya las flexibilidades previstas en el Acuerdo sobre los ADPIC. Además, pide a los estados que, en la negociación de sus acuerdos comerciales, tengan en cuenta las repercusiones que pudiera tener para la salud pública la adopción de disposiciones que van más allá de los ADPIC.

Otros de los objetivos de la OMS es promover el desarrollo de bases de datos concernientes a acuerdos sobre patentes y licencias no confidenciales para productos sanitarios, y facilitar un acceso más amplio a las mismas. En esta línea, también insta a los gobiernos a “aprobar y aplicar legislación que facilite la emisión de licencias obligatorias” —reconoce que su uso ha sido reducido— y a reforzar las actividades del Medicines Patent Pool, expandiéndolo a fin de que incluya todos los antimicrobianos y medicamentos patentados de la Lista de Medicamentos Esenciales. Su idea es que esto se garantice para el año 2020, y con financiación suficiente por parte de nuevos donantes.

Además de instar a la cooperación, la OMS insiste en la transparencia, con un mensaje muy claro para la industria farmacéutica. “La falta de transparencia en torno a los costes de producción y de I+D y a los precios que pagan otros estados miembros u organismos de compra erosiona el poder de negociación y obliga a confiar en mecanismos de comparación como los precios internacionales de referencia, que no resulta menos opaco”, asegura la OMS.