C. R. Madrid | viernes, 23 de septiembre de 2016 h |

Los países donantes que acudieron a la reunión de Reposición de Fondos contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis celebrada en Montreal los días 16 y 17 de septiembre en Montreal (Canadá) prometieron 12.900 millones de dólares para los próximos tres años, 100 por debajo del objetivo que se había marcado el Fondo y que podría haberse alcanzado si España hubiese concretado su compromiso con esta aportación, que curiosamente es la misma que le solicitan la sociedad civil y algunos grupos parlamentarios, como el socialista.

La cumbre de Montreal es solo el inicio de un trienio dedicado a la reposición de recursos y el Fondo Mundial trabajará activamente en los próximos meses y años para obtener nuevas contribuciones, llamadas a salvar ocho millones de vidas y evitar 300 millones de infecciones. Dentro de España se insiste en que el Ejecutivo en funciones tiene aún la oportunidad de comprometer una cifra antes de la próxima junta directiva del Fondo Mundial del 14 de noviembre.

Los donantes

En términos globales, la Conferencia de Reposicionamiento de Montreal recaudó casi 1.000 millones de dólares más que la anterior, celebrada en 2013. Varias de las donaciones han supuesto incrementos considerables: Japón la aumentó un 46 por ciento (prometió 800 millones); Alemania un 33 (otros 800 millones); la Comisión Europea un 30 por ciento (475 millones), Canadá un 23 (804)… Por cuantía, Estados Unidos lidera las cantidades comprometidas, con una aportación de 4.300 millones de euros. Le siguen Reino Unido, con 1.440 millones, y Francia, con 1.214.

También han crecido las promesas de contribución de los donantes privados y las iniciativas de financiamiento innovador, que entre otras reconocen la contribución de Takeda. Estos donantes han prometido 250 millones, más del doble de lo aportado en el periodo anterior.

Los programas financiados por el Fondo han salvado 20 millones de vidas desde 2002 y evitado 146 millones de infecciones desde 2012. Asimismo, en el último trienio han contribuido a estimular una inversión adicional de unos 6.000 millones de dólares en programas nacionales de salud por parte de países de ingresos medios y bajos.