Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 01 de marzo de 2019 h |

A tres meses de las elecciones autonómicas, Fernando Prados recibió en su despacho a la revista Economía de la Salud para hacer balance de legislatura. Este es un extracto de esa entrevista y precede a su publicación, prevista para el segundo número de EDS del año.

Pregunta. Se cierra una legislatura sin novedades en financiación. Y hace días reconocía la necesidad de “un instrumento que permita controlar los incrementos del gasto”. ¿Se refería a alguno en concreto?

R. Hemos logrado la equidad y la accesibilidad de una forma que es la envidia del mundo. Pero tenemos alrededor muchos peligros y retos que superar para lograr la sostenibilidad de algo que no va a llegar, sino que ha llegado ya. Las CAR-T están aquí y valen lo que valen y hay que establecer una forma de introducirlas con sostenibilidad. Tenemos la obligación de hacer sostenible el sistema y de hacerlo como modelo.

P. ¿Cómo?

R. Tenemos el hándicap de las comunidades autónomas, porque cada una tiene necesidades diferentes. Tenemos que ponernos de acuerdo para que la cartera de servicios sea la misma, a través del Ministerio que es quien debería liderar esta fase. No es tanto una cuestión de financiación, como de organización.

P. ¿Podría un organismo similar al NICE español dar una buena respuesta?

R. Ya tenemos nuestras comisiones. Potenciaría lo que hay y le daría sentido. Una nueva comisión nacional se encontraría con el mismo problema si no hacemos un pacto de estado sanitario.

P. La del pacto sanitario ha sido otra experiencia fallida de legislatura. ¿Cómo diría que ha sido la experiencia de la CAM en materia de consensos sanitarios?

R. Estoy seguro de que con un gran pacto de estado podríamos hacer la Sanidad mucho más eficiente y competitiva. A falta de ese pacto, hemos sido capaces de unir a las fuerzas de la Asamblea en torno a algunas iniciativas, aunque la de Farmacia, para la cual habíamos conseguido prácticamente todas las bendiciones, no vaya a ser posible.

P. ¿Qué futuro le ve a este proyecto?

R. Es absolutamente necesario. La legislación no puede ir por detrás de la actividad: es un error que lleva a la frustración, pero soy optimista. Ya sea ésta u otra muy parecida, la ley tendrá que salir porque está absolutamente enfocada al paciente y desde el prisma de la humanización, algo en lo que las farmacias han colaborado de manera especial. Su participación posibilita una mayor adherencia al tratamiento, un mayor seguimiento, localización de efectos adversos… Son tantas cosas que van a favor del paciente que el no disponer de una normativa que les posibilite hacerlo de una manera más legal o potenciársela para que lo haga mejor me parece un error brutal. La verdad es que nunca me había planteado que nadie fuera en contra de esta ley.

P. ¿Cómo valora el consenso profesional?

R. Que los profesionales llegaran a un entendimiento fue algo esencial, porque no queríamos que nadie se sintiera agraviado. Una vez superado, seguir en contra de esta ley es algo que todavía no termino de entender. El futuro pasa por desarrollar esto más pronto que tarde. En cuanto la tensión política por las elecciones se relaje un poco, no va a ser difícil llegar a un encuentro, porque ya hemos llegado al encuentro con los profesionales y no tiene ningún sentido que se quiera dejar al margen por estrategia política.

P. Antes hablaba de acceso. La región se ha situado a la cabeza con iniciativas como el Plan de EERR, el Plan Integral del Cáncer o el de Gestión de los Medicamentos CAR-T. ¿Con qué se encontrará en estas tres áreas el próximo equipo de gobierno?

R. Se lo va a encontrar fácil. Es verdad que ya lo hemos puesto en marcha, pero desarrollar todo esto es un reto precioso que va a tocar en la próxima legislatura. La accesibilidad se ha trabajado muy bien y hemos logrado un apoyo imprescindible por parte de los profesionales. Pero también es cierto que se ha buscado el desarrollo profesional. Además, en todas las patologías graves se ha permitido trasladar al paciente a algún centro de referencia. Porque tener 34 hospitales en Madrid implica que no todos tengan suficiente experiencia en patologías complejas o urgentes. Poder aglutinar la complejidad nos va a permitir una mayor accesibilidad para el paciente.

P. ¿Cuándo podremos conocer los centros de referencia CAR-T de Madrid?

R. Cuando este tema se planteó desde el Ministerio nosotros disponíamos de programas de investigación que ya nos habían dado conocimientos en algunos centros, pero lo que planteamos es que fueran los propios oncólogos los que determinaran una baremación de los centros. El baremo ya está finalizado. Se han presentado los ocho hospitales de alta complejidad de la región y estamos pendientes de la resolución. En estas semanas conoceremos qué hospitales son para dotarlos de todo lo necesario para que empiecen a acreditarse cuanto antes y podamos decirle al estado que tenemos preparados hospitales para hacerlos centros de referencia.

P. ¿Qué mensaje lanza BioMad en un momento en el que la colaboración público-privada está siendo tan cuestionada?

R. Con la investigación no podemos poner barreras. Sólo en Madrid tenemos tasados, dedicados a la I+D, más de 48.700 trabajadores, 8 institutos de investigación, 22 centros de transferencia de tecnología, 5 parques científicos y más de 250 empresas farmacéuticas y de biotecnología, un potencial enorme que por sí solo puede hacer poco. De ahí BioMad. Los hospitales tienen a los pacientes, que son el objeto de la investigación, pero no todo lo demás. La entrada de las universidades es esencial porque es donde se difunde ese conocimiento. Y las empresas tienen unas posibilidades que no tiene el sistema. Negarles la entrada o ponerles trabas es de locos. Hay que aglutinarlas y la mejor manera era crear una bioregión. Hemos visto que funciona en Francia, en Suecia, en Noruega… Es una forma de concentrar lo que tenemos para entrar en proyectos a nivel europeo e internacional, con nuevas formas de financiación, que servirán para el desarrollo de los profesionales y de nuevos tratamientos para los pacientes.

“La sostenibilidad no es tanto una cuestión de financiación, como de organización”
“No tiene sentido que la Ley de Farmacia se quiera dejar al margen por estrategia política”