El Global Madrid | martes, 05 de junio de 2018 h |

La persona elegida para hacerse cargo del Ministerio de Hacienda también es una vieja conocida del sector sanitario. El nombramiento de María Jesús Montero no sólo muestra la capaz integradora del nuevo Gobierno, incorporando a una persona de mucho peso del Gobierno andaluz, sino que también se puede interpretar como toda una declaración de intenciones: fue la impulsora de las subastas andaluzas, cuya extrapolación a la política nacional es una de las interrogantes del nuevo Ejecutivo.

Precisamente las subastas convirtieron a Montero, licenciada en Medicina y Cirugía, máster en gestión hospitalaria por la Escuela de Negocias EDEA y parlamentaria andaluza desde 2008, en la gran ‘contendiente política’ de la ex ministra de Sanidad Ana Mato, quien vio fracasar todos y cada uno de sus intentos de frenar las subastas, una contienda que duró años, hasta que las subastas fueron declaradas constitucionales.

Puede decirse incluso que Montero siempre ha tenido la vista buena en Sanidad, incluso desde su actual puesto en Hacienda y Administraciones Públicas. Así, ha sido una de las principales impulsoras de un cambio en el sistema de financiación autonómica. Es una firme convencida de que el sistema de 2009 no resulta efectivo para garantizar un nivel mínimo de financiación para la prestación de los servicios públicos fundamentales, y esta fue la postura que trasladó la Consejería de Hacienda al Ministerio de Hacienda de cara a la reforma del sistema. El informe realizado por la consejería liderada por María Jesús Montero retomó la idea que el PSOE quiso impulsar a finales de 2013 para blindar el gasto sanitario mediante un suelo de gasto social que también afecte al resto de servicios públicos fundamentales, un debate que ahora, desde el Gobierno Central, puede determinar el rumbo de la financiación sanitaria y de la reforma de la LOFCA.