Daniela González Madrid | viernes, 29 de noviembre de 2019 h |

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), España destinó un 1,24 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en I+D en el año 2018, una cifra tres décimas superior a la del año anterior, pero muy inferior a la media del 2 por ciento de los países europeos. La comunidad científica ha aprovechado este contexto para trasladar la realidad del estado de la investigación en España y para denunciar que los esfuerzos siguen siendo “insuficientes” y desvelan una posición “deficitaria” en el marco internacional.

Apenas unos días después de comentar estas preocupaciones en una reunión mantenida con el ministro de Ciencia en funciones, Pedro Duque, y con representantes del Instituto de Salud Carlos III, la Asociación Española de Investigación en Cáncer (Aseica) ha elevado de nuevo la voz ante una preocupación latente: la posibilidad de que España “pierda el tren en la innovación” si no se mejora la financiación en I+D+i, según señalan sus representantes.

Las medidas recientes llevadas a cabo por la Agencia Estatal de Investigación “van a empeorar más está situación”, según el presidente de Aseica, Xosé Bustelo, quien insiste en que la implantación del nuevo calendario de proyectos de la Agencia, entre otras cuestiones, provocará la pérdida de 5 y 8 meses de financiación en los grupos de investigación españoles en 2020 y 2021. “No sólo tenemos fondos similares a los de hace 16 años, sino que encima quitamos financiación”, lamenta el presidente.

En esta línea, Aseica asegura que la financiación afecta a más pilares de los centros de investigación debido a la inseguridad en la renovación de contratos o el endurecimiento de los requisitos para becas y proyectos, lo que está provocando la pérdida de una generación de jóvenes investigadores en cáncer. “No habría ciencia en España si no fuera por los jóvenes investigadores, que son los que realmente apoyan los proyectos”, ha señalado la investigadora de Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia, María Caffarel, quien además coordina el grupo de trabajo ‘Aseica Joven’, una iniciativa impulsada para orientar y visibilizar el trabajo en oncología de los jóvenes.

Según el vicepresidente de Aseica, Luis Paz-Ares, las líneas en investigación en España necesitan tres bases fundamentales: un plan, una financiación y la ejecución. “Es un momento difícil para encontrar una respuesta inmediata, pero hemos convergido varias asociaciones con estas demandas porque es algo relevante en lo que debemos insistir”, asegura.

Inversión público-privada

También la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) destaca que es necesario “fortalecer el sistema de I+D+i con más y mejores inversiones públicas.

Asebio apuesta por priorizar el acceso a financiación a pymes para lograr un ecosistema biotecnológico más competitivo, impulsar la colaboración público-privada con una regulación adecuada e instrumentos de apoyo a la ciencia “similares a los de países de nuestro entorno”. Esta propuesta, presentada en su ‘Manifiesto por la biotecnología y las ciencias de la vida’, engloba otras demandas como un incremento de la confianza social y política en la ciencia, una mejora en el proceso de acceso a las innovaciones biotecnológicas de la sociedad, la elaboración de una ‘Estrategia Española de Biotecnología’ y la construcción de “una visión de país a través de la ciencia y la innovación” como valor compartido para generar desarrollo económico y bienestar social.

Volviendo a la financiación, las necesidades también han sido puestas de manifiesto por parte de la Fundación Cotec. Este organismo resalta, citando a los datos del INE, que el principal impulso ha venido de parte del sector privado, que en los últimos cuatro años ha incrementado su inversión en 1.678 millones de euros, hasta alcanzar los 8.484 millones, para a continuación recordar que “la inversión pública sigue lastrando la recuperación de España en I+D”. Estos niveles de inversión, dicen desde la Fundación Cotec, “no se corresponden con el potencial económico de España” y no sólo explica la distancia entre nuestro país y la media europea; también explica que España sea uno de los cinco países europeos que “todavía no ha recuperado los niveles de inversión pública previos a la crisis”.

La Real Academia de Ciencias (RAC) no se ha descolgado de la preocupación en investigación y aboga por un cambio en la ley de mecenazgo y por la colaboración público-privada. En este sentido, espera que se cumpla el segundo punto del preacuerdo Unidas Podemos y PSOE que reconoce la necesidad de activar la investigación científica y dignificar la situación laboral de científicos.

Crear medidas coherentes y progresivas que mejoren la situación de los investigadores en España y potenciar la inclusión de nuevas generaciones son hechos en los que han coincidido los expertos de todas las asociaciones.


“Las medidas de la Agencia Estatal de Investigación provocarán la pérdida de 5-8 meses de financiación”



“La inversión pública sigue lastrando a España en I+D y es el sector privado quien impulsa la recuperación”