J. Ruiz-Tagle Sevilla | viernes, 17 de febrero de 2017 h |

El debate sanitario que se vivió la semana pasada en el Parlamento de Andalucía fue la antesala de la inminente discusión que habrá en la misma sede por la Ley de Garantías y Sosteniblidad del Sistema Público de Sanidad de Andalucía. Y a juzgar por lo vivido, mucho tendrá que trabajar el consejero Aquilino Alonso por alcanzar no ya un consenso unánime, sino un acuerdo de mínimos que le permita sacar adelante el texto legislativo.

Consciente de ello, el consejero usó sus turnos en la tribuna para marcar distancias con el Partido Popular y buscar el acercamiento con Ciudadanos. “El Real Decreto 16/2012 es el responsable de que nuestro sistema sanitario se esté minando. También lo es el gasto en hepatitis C, que en 2016 alcanzó los 200 millones de euros en nuestra comunidad”, explicó. Alonso también culpó al actual sistema de financiación autonómico, del que dijo que es responsable de que Andalucía “reciba cada año 1.000 millones menos de los que le corresponde”.

Desde Ciudadanos las críticas fueron más veladas que las del resto de grupos. La portavoz Isabel Albás le solicitó “más control y evaluación” sobre las políticas que se desarrollen y le instó a “saber reconocer los errores” cometidos con la sanidad pública andaluza. El consejero recogió el guante y aseguró que desde su primera intervención asumió y corrigió los errores cometidos.

Una de las distancias que existen entre Ciudadanos y PSOE de cara a aprobar la Ley de Sanidad es la política de uso racional de medicamentos, en concreto la subasta de medicamentos. Albás ha repetido en numerosas ocasiones que no es el modelo que defienden por acarrear desabastecimientos y problemas de equidad, por los que Aquilino Alonso le instó a ser valiente. “Hagamos como los alemanes y apoyemos una selección pública de medicamentos que tenga carácter nacional”, apostilló.

Con los votos de Ciudadanos —sumados a los del PSOE— el Ejecutivo andaluz ya tendría suficiente para sacar adelante la ley, pero Alonso quiere buscar un pacto que respalde también la izquierda parlamentaria. Ahí se encontró con la oposición de Podemos, quien le aseguró que “no va a ser fácil que le apoyemos la Ley de Sanidad”. El portavoz morado, Juan Antonio Gil de los Santos, pidió al consejero una auditoría que recalque que los proyectos por emprender son viables y no van a quedar en una mera declaración de intenciones. “Yo me encierro con los técnicos de la consejería y hasta que no salga algo viable no me levanto”, le dijo al consejero. Alonso le recriminó a Podemos —y también a Izquierda Unida— que le “hicieran el juego a la derecha” y concluyó su intervención lanzando un órdago al resto de grupos parlamentarios: “El debate sobre la ley nos va a retratar a todos”, finalizó.