Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 05 de abril de 2019 h |

Reforzar las políticas de salud pública, orientar la atención a las personas, encaminar el ecosistema hacia la sanidad líquida, afrontar la transformación digital del mismo, apostar por unas infraestructuras vanguardistas, aprovechar el potencial de la I+D y avanzar hacia la transparencia del dato diseñando una estrategia de comunicación ad hoc. Esas deben ser, según el consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, las herramientas con las que delinear el proyecto de futuro del sistema madrileño de salud y requerirán, con bastante probabilidad, del beneplácito y del acuerdo de distintas formaciones políticas. Con el recuerdo aún caliente de la fallida Ley de Farmacia de Madrid, Ruiz Escudero reconoce que es hora de hacer de la necesidad, virtud, y ha tendido la mano para un futuro pacto sanitario… Cuando finalice la inevitable temporada de confrontación.

“El fin último de la política no es la polémica, sino la gestión. Hacemos política para cambiar las cosas y para encontrar soluciones a los problemas y por ello es fundamental distinguir cuándo es tiempo de confrontar y cuándo es tiempo de cooperar. Digo esto porque a partir de las próximas elecciones las distintas formaciones políticas tendremos la oportunidad de colaborar y será tarea de todos el diseño de soluciones útiles para todos”, aseguró Ruiz Escudero, que posteriormente recordó el “especial dolor” que le ha causado no poder ver aprobada —por la volátil postura de Ciudadanos, un más que posible futuro socio de Gobierno— el proyecto de Ley de Farmacia de Madrid.

Aunque el consejero se centró en los posibles frutos que un pacto sanitario podría ofrecer en la Comunidad, no obvió que se trata de una realidad extrapolable a todo el Sistema Nacional de Salud. “Los votantes han pedido diálogo y pactos. El pacto y sus necesidades son el verdadero cambio que han traído las urnas. Por eso, la fragmentación del voto, por paradójico que parezca, puede brindarnos una oportunidad inmejorable para acometer reformas ambiciosas y profundas con la garantía de que permanezcan en el tiempo. Se trata de convertir una situación de dificultad objetiva en una oportunidad”, aseguró durante un desayuno informativo organizado por Executive Forum con el patrocinio de Abbott.

Retos y desafíos de futuro

La referencia a un pacto por la sanidad capaz de sumar actuaciones propuestas a través de un proyecto común implicaría dar respuesta a tres grandes desafíos. En primer lugar, los cambios en los hábitos de vida de la población. Las enfermedades evitables suponen el 70 por ciento de la morbilidad y de los costes de la asistencia y más del 80 por ciento de la morbilidad se debe a enfermedades crónicas que aparecen después de los 50 años. “Los hábitos de vida saludables deben ser motor del cambio”, según el consejero, que por eso cree preciso priorizar las políticas de salud pública.

En segundo lugar se sitúa el paso a la era digital. Incorporar este paradigma implicará, a juicio del consejero, abordar la capacidad de almacenar y gestionar los datos, la aprobación de presupuestos específicos y la colaboración de todos los actores implicados, un punto éste que enlaza con el tercero de los grandes desafíos que considera preciso abordar: asegurar que la sanidad privada sigue siendo “socio imprescindible” para la sanidad pública, tal y como la Comunidad de Madrid ha ratificado con la puesta en marcha de BioMad.

Ruiz Escudero se ha mostrado optimista en relación a las posibilidades del sistema de salir airoso, pero ha solicitado centrar la atención sobre cuatro asuntos. Así, cree preciso avanzar en la reforma del sistema de financiación autonómica; actuar “cuanto antes” sobre la política farmacéutica y de productos sanitarios; abordar la falta de profesionales médicos, especialmente en AP, y convertir el CISNS en un “verdadero órgano de coordinación” que pueda adoptar acuerdos vinculantes.