C. R. Madrid | viernes, 01 de marzo de 2019 h |

“Los medicamentos recetados no se volvieron escandalosamente caros por accidente. No hablamos del resultado de un sistema demasiado complicado como para que los estadounidenses lo comprendan. Los precios de los medicamentos son astronómicamente altos porque ahí es donde los quieren las compañías farmacéuticas y sus inversores”. Así dio comienzo la declaración institucional que el senador Ron Wyden pronunció ante el Comité de Finanzas de esta cámara, minutos antes de que diera comienzo una audiencia histórica que citó a los CEO de AbbVie, Pfizer, MSD, Sanofi, AstraZeneca, Johnson & Johnson y Bristol-Myers-Squibb para hablar sobre los precios de los medicamentos de prescripción en el mercado de USA.

En otoño de 2018, diez compañías acumularon la mitad de todas las ganancias en el sector sanitario norteamericano. Nueve de ellas eran fabricantes de medicamentos. Todos los que el 26 de febrero fueron requeridos por el Comité de Finanzas estaban en esa lista, y la bienvenida fue tajante. “Ustedes, los ejecutivos de la industria farmacéutica, están aquí porque su forma de hacer negocios es inaceptable e insostenible”, espetó Wyden, que también calificó de “moralmente repugnante” que los pacientes tengan que dejar de tomar su medicación o parte de ella por motivos económicos.

Durante la audiencia, los representantes de la industria coincidieron en que es preciso hacer más asequibles los medicamentos para los pacientes estadounidenses, pero se mostraron reacios a que la estrategia sea recortar los precios oficiales si no se llevan a cabo otras reformas. En la mente de las compañías está, por ejemplo, el actuar sobre las farmacias, eliminando los descuentos que éstas negocian para que esa diferencia se traslade al paciente. De momento, este argumento no convenció al Comité de Finanzas del Senado, que tampoco descartó citar a las farmacias en un futuro próximo.