J. R-T. Vitoria | viernes, 30 de septiembre de 2016 h |

Las elecciones vascas dejaron unos resultados que dejaron fortalecidos al Partido Nacionalista Vasco y una aritmética que abre la puerta a diversas opciones. Desde la formación ‘jetzale’ no se descarta a ningún grupo parlamentario para sacar adelante la sesión de investidura y por ello comenzarán este lunes a reunirse con cada uno de los partidos.

Las propuestas sanitarias que la formación liderada por Iñigo Urkullu partían de facilitar el acceso a la ciudadanía a los fármacos innovadores —garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad del sistema sanitario— y consolidar la integración de las oficinas de farmacia como agentes de salud en el País Vasco. Con estas premisas, los dos partidos que se acercan a estas propuestas son el PP y el Partido Socialista. La candidatura encabezada por el ex ministro de Sanidad Alfonso Alonso explica que entre sus prioridades está “ampliar las competencias de las oficinas de farmacia”. Para ello, proponen líneas de acción que converjan en un último objetivo: impulsar el acceso de los farmacéuticos al historial farmacoterapéutico del paciente, para el seguimiento y control de los enfermos crónicos y polimedicados.

Por su parte, el PSOE propone medidas para atender a las innovaciones terapéuticas sin desestabilizar el sistema sanitario. “Se requiere que los gestores de la salud realicen una gestión eficiente de los recursos para facilitar una práctica clínica que esté basada en la evidencia científica y en el coste-utilidad, coste-eficiencia y coste-oportunidad”, afirman los socialistas en su programa electoral.

Por otro lado quedan Bildu y Podemos. La formación de Arnaldo Otegi exige la derogación del copago y la recuperación de la asistencia sanitaria universal. En relación al copago, durante la legislatura pasada el PNV se opuso a su aplicación si bien por sentencia judicial tuvo que terminar aplicándolo un año después. En el caso de Podemos, las exigencias sanitarias pasan por reducir la factura farmacéutica (por supuesta “sobremedicación”) y elaborar una guía farmacoterapéutica que homogeinice los tratamientos farmacológicos.