J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 07 de octubre de 2016 h |

La situación de la factura farmacéutica simula a una montaña rusa. Durante los meses transcurridos en 2016 contrastan subidas y bajadas de este indicador junto al comportamiento de los dos grandes protagonistas de este gasto: la farmacia y el hospital. Las últimas cifras mensuales —correspondientes a agosto— de las facturas dispensadas en botica evidenciaron un crecimiento de doble dígito (10,78 por ciento), si bien ha sido un pico que no tiene antecedentes en 2016. Sin embargo, los meses anteriores sí experimentaron subidas del 5 por ciento (en abril y junio) y del 7’84 (en mayo). Sólo el mes de julio, con un descenso en la factura del 0,7 por ciento, dio un respiro a este indicador.

Existe un factor determinante que puede explicar este comportamiento de la factura farmacéutica en la botica. La situación de interinidad del Gobierno desde el pasado mes de diciembre provocó un retraso en la publicación de la nueva Orden de Precios de Referencia, cuyo impacto comenzará a verse a partir del mes de octubre. El Ministerio de Sanidad estima que el ahorro supondrá unos 126 millones anuales, que extrapolados para el último trimestre de 2016 será de unos 30 millones de euros. Otros cálculos, como el de QuintilesIMS, aseguran que el ahorro rondará los 114 millones anuales.

El comportamiento de la factura farmacéutica de la botica contrasta con el que ha tenido la factura de farmacia de hospital. El último dato ofrecido por el Ministerio de Hacienda asegura que en julio de 2016 el gasto ha descendido en 100 millones de euros en comparación con el mismo mes de 2015. El dato previo, correspondiente al primer semestre del año, también evidenciaba un ligero descenso respecto al mismo periodo del curso anterior: un 0,3 por ciento.

La razón principal de esta rebaja de la factura responde al peso que ha ido perdiendo de forma paulatina el gasto en medicamentos para la hepatitis C. Ya lo avisó el ex ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, en aquel agrio interterritorial donde las comunidades autónomas comprobaron que no recibirían ninguna línea de crédito de Hacienda. “Se trata de un gasto coyuntural más que estrucutral y por tanto tendrá un peso menor en 2016”, afirmó entonces.


Fedea asegura que la situación del gasto farmacéutico en España es “preocupante”


La situación general del gasto farmacéutico fue analizada la semana pasada por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Para esta organización, “es preocupante” el nivel de gasto sobre el porcentaje del gasto sanitario total. “España se ha caracterizado tradicionalmente por un alto consumo farmacéutico retail. Asimismo, en perspectiva comparada, el gasto farmacéutico en proporción al gasto sanitario total es muy elevado en España en relación a otros países de nuestro entorno”, aseguran. Sin embargo, en 2014 ya comienzan a verse un pérdida de peso porcentual y, además, la situación desde 2002 hasta 2014 (periodo analizado por esta fundación) muestra una tendencia a la baja. Desde un 22 por ciento en aquel año hasta un 18.

La situación del gasto farmacéutico por receta dispensada en las oficinas de farmacia no preocupa en Farmaindustria. El pasado mes de noviembre se certificó el pacto que vinculaba el incremento de esta factura a la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) y la patronal no cree que el incremento de la factura supere al del este indicador económico. “Según las previsiones de Farmaindustria, el gasto público en medicamentos va a mantenerse por debajo de los límites del crecimiento del PIB, uno de los objetivos principales del Protocolo de Colaboración firmado el pasado año con la Administración General del Estado”, aseguran. Además, la patronal recuerda que aquel pacto “reafirma el compromiso de la industria farmacéutica con el Sistema Nacional de Salud en el objetivo común de conciliar sostenibilidad y acceso adecuado a los tratamientos”.

Habrá que esperar a la evolución del tercer trimestre para comprobar si los sistemas de ajuste corregirán la factura farmacéutica. El gasto hospitalario está relajando el comportamiento del retail, al que le falta por asumir los efectos de la Orden de Precios de Referencia.