Carlos B. Rodríguez Madrid | jueves, 05 de enero de 2017 h |

Los estados miembro de la UE tienen una diversa capacidad y poder de negociación en lo tocante a la adquisición de innovaciones sanitarias. Incluso en el caso de aquellos que disponen de sistemas más maduros a la hora de evaluar las tecnologías, la capacidad de compra vinculada a las negociaciones de precios de las novedades terapéuticas es variable. Como resultado, los precios que un determinado estado debe pagar por sus medicamentos puede ser, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “desproporcionadamente elevado e incompatible con su poder adquisitivo”, un problema que según un nuevo informe publicado por este organismo para la zona europea justificaría la apuesta por mejorar la eficiencia de la compra pública innovadora, la cooperación y, en última instancia, el impulso de centrales de compras. El mensaje ha llegado, a tenor del creciente interés de los estados europeos para colaborar en compra pública innovadora.

En el trabajo realizado en torno a los retos y oportunidades para mejorar el acceso a los medicamentos a través de una eficiente política de compras públicas en la región europea, la OMS se sirve de datos de diversos estudios para ilustrar esta cuestión. Uno de ellos comparó los precios de venta del laboratorio (PVL) de dos nuevos fármacos utilizados para tratar la hepatitis C —sofosbuvir y ledipasvir-sofosbuvir— y reveló que el coste de tratar a toda la población infectada en un total de 30 países examinados generaría diferencias de entre un 10,5 por ciento del gasto farmacéutico total en Países Bajos al 190,5 por ciento en el caso de Polonia. Otro comparó los precios a PVL de varias innovaciones oncológicas en un grupo de 16 estados miembro de la Unión Europea, además de en Australia y Nueva Zelanda. Sus autores encontraron que las diferencias de precio entre los países que más y menos pagaron oscilaron entre un mínimo del 28 por ciento y un máximo del 388 por ciento.

A primera vista, dice la OMS, “estos datos parecen injustos”. Para concretar aún más este punto habría que observar la realidad desde una perspectiva de precios diferenciales y ver si países con mayor capacidad de pago también pagan precios más bajos que países con menor poder adquisitivo. Otros estudios ya lo han hecho, concluyendo que, efectivamente, algunos fármacos son más caros en países de ingresos medios o bajos. La situación para los pacientes de estos países es aún peor, ya que generalmente disponen de sistemas de cobertura menos generosos, lo que les obliga a tener que aportar un copago superior.


Según la OMS, los precios que algunos estados pagan por los medicamentos pueden ser “desproporcionadamente elevados e incompatibles con su poder adquisitivo”


Las recetas propuestas para hacer frente a los precios elevados incluyen la desvinculación del precio final de los costes de I+D; un mayor uso de un sistema voluntario de concesión de licencias; ‘pools’ de patentes; precios más equitativos; precio basado en valor… Todos estos enfoques, según la OMS, “tienen sus debilidades” y demuestran el gran desacuerdo que existe sobre cuál es la mejor herramienta para influir sobre los precios.

La complejidad del asunto apunta a que sólo será posible abordarlo mediante sinergias, con la colaboración de los estados y de los agentes de la cadena. “Nadie podrá hacerlo por su cuenta”, dice el informe… Una conclusión que es a su vez la puerta de entrada a su mensaje clave: la necesidad de reforzar la compra eficiente y la gestión del suministro en los estados de la UE.

¿Los futuros ejemplos de cooperación?

Esta idea llevó a la oficina europea de la OMS a mapear las experiencias de compra pública europea como vía para explorar oportunidades de colaboración. El proceso incluyó la realización de una encuesta a numerosos países sobre las posibilidades que ofrece la cooperación transnacional. Su resultado augura nuevos ejemplos de colaboración europea (ver tabla) en el corto plazo.

De las 48 respuestas recibidas, 38 expresaron su interés en colaborar con otros países para llevar a cabo compras estratégicas de medicamentos de alto coste. Seis, por ejemplo, coindicieron en el ámbito de los medicamentos huérfanos; otros seis en vacunas; y tres apostaron por colaborar en todos los medicamentos, sin excepción… Otras 24 respuestas, por su parte, se decantaron a favor de compras pre-comerciales (compras planificadas de productos que todavía no están en el mercado). Ya está sobre la mesa la realización de proyectos piloto en cada una de estas categorías de productos, que de nuevo sitúan a la cabeza a los medicamentos huérfanos, junto con las terapias oncológicas.


Treinta y ocho países han expresado su interés en colaborar con otros estados para llevar a cabo compras de medicamentos de alto coste


Los países tienen claro dónde quieren colaborar. Ahora la cuestión es cómo hacerlo. Para apoyar esta línea de trabajo, la oficina de la OMS para Europa celebró en Copenhage (Dinamarca) un encuentro sobre compra pública innovadora en el ámbito farmacéutico, en la que se analizaron, entre otras cuestiones, el gasto hospitalario y la transparencia en los precios de los fármacos.

Muchos de los expertos que participaron en esta jornada se mostraron partidarios de impulsar diferentes modalidades de compra pública en función del producto que se quiera adquirir, y coincidieron en destacar que el precio no debería ser el único criterio utilizado para firmar un contrato de suministro: también deberían tenerse en cuenta otros requisitos técnicos. “Tener más de un suministrador es esencial para garantizar un mercado saludable”, concluye el informe de la OMS, que también resalta la necesidad de incluir garantías de abastecimiento en los contratos.

Más allá, la oficina regional de la OMS tiene pensado seguir profundizando en esta área de trabajo este año. En primer lugar, organizará un encuentro ténico para cerciorarse del interés demostrado por los estados en la encuesta, confirmar su voluntad de ir hacia procesos de colaboración con otros países y desarrollar los términos de dicha colaboración mediante la creación de un grupo de trabajo. Dicho encuentro será el aperitivo de un diálogo global que la Organización Mundial de la Salud quiere celebrar con todos los agentes de la cadena del medicamento para explorar estrategias que permitan establecer unos precios justos para los medicamentos esenciales. La OMS organizará para ello un foro de dos días en la primavera de este año, que se nutrirá de los análisis que esta organización continuará aportando en esta materia.

Los próximos pasos

El workshop sobre compra pública innovadora celebrado a finales de 2015 en Copenhage (Dinamarca) ha sido el primero de esta clase organizado por la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud para discutir los retos que rodean la adquisición de medicamentos en los estados miembro. Aunque los países han dejado claro que quieren ser socios en la compra de innovaciones, a la OMS le consta que, al final, la prescripción está en manos de los médicos. Por ello, asegura que los expertos encargados de los procesos de compras públicas deberían contar con la participación de estos profesionales a la hora de llevar a cabo cualquier concurso. Teniendo esto en cuenta, la organización también tiene muy claro cuál debería ser uno de los próximos pasos a dar para mejorar la eficiencia en la compra innovadora en la Unión Europea: la creación de un grupo de trabajo formado por facultativos del área comunitaria.