Carlos B. Rodríguez Madrid | martes, 16 de julio de 2019 h |

Tan importante como disponer de los recursos necesarios es tener la capacidad de ubicarlos allí donde más se necesitan. De ello sabe mucho la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana. “No se puede hablar de sostenibilidad del sistema sin hablar de eficiencia y ahí todavía tenemos un campo importante que abordar”, ha dicho su titular, Ana Barceló, en el marco de los desayunos socio-sanitarios que organiza Europa Press. Se trata de un terreno amplio en el que caben desde cambios organizativos que hagan más ágil y eficiente el sistema hasta medidas más concretas, como las que está promoviendo este departamento. Es el primero que cuenta, desde esta legislatura, con una Secretaría Autonómica de Eficiencia y Tecnología Sanitaria y tiene entre sus planes más inmediatos la aprobación de un decreto de central de compras, actualmente en fase de elaboración, que contemple la creación de un comité de innovación tecnológica.

Bajo estas dos medidas concretas subyace una apuesta general por los trabajos de Horizon Scanning, en los que la Comunidad Valenciana también quiere ser pionera. “Es necesario que analicemos y radiografiemos nuestra comunidad para saber, con un horizonte más allá de la legislatura, con un horizonte de 10 años, qué necesidades y qué inversiones en recursos tecnológicos vamos a necesitar para afrontar los nuevos retos”, ha dicho Barceló.

La incisión de la consejera en la eficiencia en la gestión no resta peso a la necesidad más perentoria que arrastra la Comunidad Valenciana: cambiar el modelo de financiación autonómica es “vital para los valencianos”, ha resaltado Barceló, por motivos de sobra conocidos. Todos los expertos coinciden en que es la región más perjudicada por el modelo actual. Entre 2015 y 2019, la Generalitat ha aumentado el presupuesto sanitario en un 21 por ciento. Hoy se sitúa en la media nacional de inversión per capita, pero para conseguirlo ha tenido que realizar un esfuerzo presupuestario muy superior al resto de territorios.

“Invertimos porcentualmente más que la mayoría de autonomías. Pero el problema de la infrafinanciación cronificada nos impide avanzar en inversión sanitaria”, ha reconocido la consejera. Y esos objetivos de inversión y mejora están muy bien marcados. “Nos proponemos inversión y eficiencia. Apostamos por la ciencia y la investigación. Queremos transformar el sistema sanitario, reforzar la Atención Primaria y tener una mirada social amplia desde la humanización de la Consejería”, ha resumido Barceló.

Consciente de que muchos de estos cambios “van más allá de una legislatura de 4 años” e incluso más allá del propio territorio valenciano, la consejera ha hecho un llamamiento al diálogo institucional. En su opinión, el Sistema Nacional de Salud debe “abrir una nueva etapa” para dar solución a “cuestiones complejas”. Esta nueva etapa quedaría definida en torno a un marco político basado en el respeto a la especificidad e igualdad entre territorios y a una apuesta por el conocimiento, la innovación y la ciencia.

“Si el SNS se ha convertido en herramienta decisiva para la igualdad social, debemos velar para que estos retos de futuro no abran la puerta a nuevas desigualdades, y para que los tratamientos no supongan una frontera para nadie entre la vida y la muerte o entre la inclusión y la exclusión”, ha recalcado.

Las premisas valencianas

En la Comunidad Valenciana, el futuro se plantea bajo tres premisas fundamentales. La primera son las oportunidades en materia de salud. En los últimos 30 años, el sistema sanitario se ha articulado en torno al concepto de enfermedad y curación. Frente a ello, la Comunidad Valenciana ha creado un tejido basado no sólo en el diagnóstico y el tratamiento, sino también en la prevención y la promoción de la salud. Las estrategias en diabetes, salud mental, daño cerebral adquirido y salud sexual y reproductiva aprobadas durante la pasada legislatura son muestras de una apuesta que se ha capilarizado en todo el territorio, y que ahora se marca el objetivo de hacerla más eficaz, eficiente, inmediata y cercano.

Esta legislatura, la Consejería de Sanidad Universal quiere abordar la cronicidad, abriendo camino en el conjunto de España. Los datos acompañan esta necesidad: 1 de cada 3 personas en Europa sufre una enfermedad crónica; en España el porcentaje ya supera el 30 por ciento, según el INE. Si tomamos en cuenta las previsiones de la OCDE, en 2050 España será el segundo país más envejecido del mundo, tras Japón. La extensión de la esperanza de vida ha sido un logro memorable, pero ha producido y producirá, “un incremento de la presión asistencial”, según ha recordado Barceló. De nuevo, los datos son la mejor evidencia. En el año 2000, algo más del 16 por ciento de los españoles tenía 64 años; en 2019 este grupo ya supone algo más del 19 por ciento. En 2001, el 21 por ciento alcanzaba los 80; hoy este porcentaje es del 30. “Vivimos más tiempo y el reto está en vivir, también, con mayor calidad de vida”, ha resumido Barceló.

Al envejecimiento general se unen otros factores, como la soledad, la obesidad o la perspectiva social. La salud, para la consejera valenciana, debe ser entendida por el ciudadano “como una responsabilidad y como una oportunidad”. La mirada socio-sanitaria es imprescindible para complementar la tradicional idea de curar, que ha sustentado el sistema hasta ahora, por la idea de los cuidados. “Son dos caras de una misma moneda”, según la titular valenciana, que ha marcado en su agenda apoyar y aprovechar los trabajos iniciados desde el Ministerio de Sanidad para la futura estrategia sobre alzheimer en la que se adoptará esta perspectiva.

La segunda premisa bajo la que trabaja la Consejería es la transformación del sistema sanitario. Y aquí, junto a la también importante perspectiva social, gana peso la I+D. “Gracias a la investigación y al desarrollo de tratamientos complejos podremos ofrecer asistencia más personalizada, precisa y eficaz. Pero esto requiere de un reordenamiento de los niveles asistenciales y de un refuerzo en Atención Primaria”, ha explicado Ana Barceló.

En este sentido, la comunidad también ha contribuido al documento marco sobre la reforma de la Atención Primaria que el Ministerio presentó en abril. Es “absolutamente necesario”, para la titular valenciana, que las administraciones públicas aborden “un problema que es común, que está identificado, y hacer un esfuerzo de diálogo para conseguir que las medidas calendarizadas puedan ponerse en marcha”.

Pacto de Estado por la Ciencia

Muy en línea con la apuesta transformadora de la Consejería se sitúa la tercera premisa: “una nueva arquitectura política”, alineada con las oportunidades que se abren en el campo sanitario y farmacéutico. Según Barceló, hay que “contribuir al fomento de la investigación” dirigida a los tratamientos de precisión y terapias particularizadas. “Por ello nos unimos al anhelo de impulsar un Pacto de Estado por la Ciencia que permita acercarnos a los niveles de inversión de países más avanzados de la Unión Europea”, ha afirmado.

Además de la irrupción de esta tecnología, la digitalización, la extensión del 5G, la Inteligencia Artificial o el Big Data son otros de los asuntos que se sitúan en el radar de la Consejería, por las numerosas posibilidades que abren en los ámbitos del diagnóstico, de la intervención, de la logística, del material médico y de la reorganización de los recursos.

Que la Comunidad Valencia tenga más o menos fácil conseguir lo que se propone pasa, sobre todo, por impulsar un nuevo modelo financiero que resuelva el problema de la infrafinanciación. Porque las últimas preguntas que lanza la consejera llevan, inevitablemente, al inicio: “¿Cómo lograr que se avance en ciencia e investigación sin quebrar la equidad territorial, no sólo entre comunidades autónomas, sino entre personas que viven en núcleos urbanos y zonas despobladas? ¿Cómo combinar el avance en la investigación con el mantenimiento de los estándares de calidad de la Atención Primaria y la sostenibilidad y eficiencia del sistema? En definitiva, ¿cómo nos estamos preparando para la permeabilidad de esta revolución tecnológica en los centros de salud y hospitales?