ENRIQUE CAMPILLO Madrid | viernes, 11 de mayo de 2018 h |

La cultura de la innovación es el presente de la Farmacia Hospitalaria pero formará parte, sin lugar a dudas, del futuro de la misma para garantizar su modernización en años venideros y sobrevivir a los cambios que conllevan las nuevas tecnologías. Ésta fue la principal idea que se trasladó durante el III Foro de Modernización de los Servicios de Farmacia Hospitalaria, organizado por Sanofi, bajo el aval de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), en el que distintos jefes de servicio de varios centros españoles se reunieron para contar sus experiencias y marcar la hoja de ruta más allá del horizonte 2020. A modo de brainstorming surgieron conceptos como el de eficiencia, resultados en salud del paciente, prevención, investigación, Real World Evidence… Pilares, todos ellos, encaminados a sentar las bases del futuro de la profesión.

El presidente de la SEFH, Miguel Ángel Calleja, dio la bienvenida al acto expresando la necesidad de “saber qué hacer más allá de ese año 2020” y matizó que la estrategia de modernización debe ser coordinada, completa y global. “Por modernización no entendemos solo tener una nueva tecnología física, sino una estructura, una transformación, un crecimiento de los servicios de farmacia, nuevas funciones y retos profesionales, así como horizontes para mejorar los resultados en salud de los pacientes”, señaló. Calleja aseguraba que hay que poner en valor lo que se aporta con la inversión de medicamentos e incidía en que “hay que evitar el concepto de gasto y utilizar el de inversión porque cada euro que se utiliza bien en un paciente no es un gasto, sino que se convierte en salud, por lo que la inversión supone un crecimiento en salud”.

Buscando esos nuevos horizontes, el urólogo Dionisio López mantenía que “hay que trabajar de forma diferente y tenemos que hacer cosas que no sabemos hacer”. López destacaba que hay que adaptarse a esos cambios de futuro que ya están aquí y abordaba la figura del ‘farmacéutico biónico’ presentando ejemplos de farmacias automatizadas y robots que ya preparan la medicación.

“Para ir más allá del 2020 tendréis que posicionaros, porque el futuro está ahí y tiene cosas que hoy no conocemos, como la gamificación, los robots humanoides, la robótica multidisciplinar, los microchips orgánicos de ensayo clínico. Y también habrá realidad aumentada, sensores digestibles, órganos artificiales…”, aseguraba este experto, quien no obstante sostenía que en el presente ya contamos con nanotecnología, robótica e impresión en 3D. Para él, las opciones de futuro para los servicios de farmacia hospitalaria pasan por la farmacoepidemiología, la farmacoeconomía, el soporte nutricional farmacológico, los estudios costo-enfermedad, la atención farmacéutica y seguimiento farmacoterapéutico, la farmacovigilancia o lo farmacología genética.

“Tenéis que saber prescribir tecnología y ser capaces de preguntar y ser multidisciplinares. Hay que ser biónico aunque los mejores profesionales deben ser excelentes, comprometidos y éticos, algo que la máquina no puede ser”, concluía.

Innovación abierta

“No tenemos que negar el cambio y la evolución, hay que aceptar que la Farmacia Hospitalaria tiene que investigar e innovar para aportar valor. Hay que conectar ideas y la innovación abierta es un paradigma a tener en cuenta por parte de los sanitarios”, afirmaba José Manuel Martínez, jefe de servicio de Farmacia del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, quien explicaba el concepto de ‘innovación abierta’ como un proceso en el que “hay que interactuar con diferentes actores y salir a pescar ideas de otras fuentes o profesionales que no tienen por qué ser sanitarios”.

Asimismo, precisaba que “muchas innovaciones fracasan, pero cualquier sistema de salud que no tenga como línea estratégica la innovación, terminará muriendo y la farmacia hospitalaria no puede estar en esa situación”.

RWE y Big Data

La jornada abrió una ventana al Big Data y a los estudios Real World Evidence (RWE), en los que la FH ha entrado para mejorar en el día a día. En este sentido, desde el Instituto de Investigación Sanitaria de la Comunidad Valenciana (Incliva), Josep Redon i Mas señalaba que el Big Data en temas de salud es un elemento importante para el progreso, para trabajar y planificar mejor, y hacer investigaciones en aspectos que hoy son desconocidos.Por su parte, el coordinador de farmacovigilancia de esa comunidad, José Luis Marco, destacaba que el RWE “sirve para hacer estudios de efectividad, seguridad, costes, u otros porque eso generará conocimiento, y eso es la base de la toma de decisiones tanto clínicas como de gestión”. A su vez, Marco precisaba que los farmacéuticos de han hemos visto un terreno “ilusionante y difícil” que les da la oportunidad de entrar en un “territorio inexplorado”.

Cabe destacar que Sanofi tiene 19 estudios RWE en marcha que benefician a todo el mundo. “A pacientes, porque incrementan la posibilidad de obtener tratamientos más dirigidos; a profesionales sanitarios, que aumentan el conocimiento del impacto de los tratamientos y a las Administraciones y a la industria”, sostenía Mª Jesús Alsar, responsable de Acceso al Mercado de Sanofi en España.