Sandra Pulido Madrid | viernes, 15 de noviembre de 2019 h |

El Congreso Internacional MD Anderson Cancer Center sobre Oncología Gastrointestinal’ celebrado en Madrid ha resaltado que ciertos subtipos de cáncer gastrointestinal podrían beneficiarse de los nuevos tratamientos con inmunoterapia.

“Estamos empezando a ver resultados de inmunoterapia en tumores muy seleccionados. Gracias a la investigación de los últimos años hemos aprendido a diferenciar la biología de los tumores y sabemos que hay unos subtipos en el tubo digestivo que son subsidiarios de tratamiento con inmunoterapia”, explica a GM José María Viéitez, jefe de la Sección de Tumores Digestivos del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Según resalta uno de los coordinadores del congreso, un cinco por ciento de pacientes con inestabilidad de microsatélites podrían beneficiarse de los inhibidores de PD-1 o PDL-1.

“Cuando hay inestabilidad de microsatélites en los tumores digestivos son sensibles a la inmunoterapia. Lo que ocurre es que la probabilidad de encontrar una inestabilidad de microsatélites en un cáncer de colón metastásico está en torno a cinco por ciento”, continúa el especialista. “Lo que sí llevamos investigando algunos años son las combinaciones de inmunoterapia que incluyen fármacos que modifican los macrófagos. Esto últimos podrían hacer cambiar la respuesta a los fármacos ya conocidos” añade.

Asimismo, uno de los problemas en el abordaje de estos tumores es que un elevado porcentaje de pacientes no responden a la inmunoterapia. Los inhibidores de PD-1 y PDL-1 actúan estimulando a los linfocitos, por lo que necesitan que el tumor al que quieren llegar esté infiltrado por linfocitos para ser efectivos.

“En el cáncer de páncreas no hay linfocitos. En el caso del cáncer de colon más común estos linfocitos están al rededor del tumor y en los que sí que tienen la intestabilidad del microsatelite los linfocitos están infiltrando el tumor, por eso son activos”, destaca el oncólogo quien afirma que “en el laboratorio hemos comprobado que existe algún inhibidor de MEK que provoca que esos linfocitos empiecen a infiltrar por dentro del tumor” , subraya,

Complejidad molecular

Al páncreas se le llama desierto inmunológico porque los linfocitos ni siquiera lo rodea. “Lo que estamos intentando es modificar los macrófagos. A medida de que aumenta nuestro conocimiento vamos sabiendo que la inmunoterapia es muy compleja y probablemente las estrategias no sean las mismas en un tumor que en el otro. Pero esto es un campo que está por venir y que esta por desarrollar”, resalta el experto.

Por otro lado, la importancia de la biología molecular ha ocupado también un espacio importante en el Congreso. “Ahora mismo la complejidad que está adquiriendo la biología molecular nos está ayudando a precisar cual va a ser la evolución de los pacientes. Los nuevos tratamientos que han ido apareciendo nos han hecho subclasificar en grupos los diferentes tumores y seguramente tengamos que hacer subgrupos aún más personalizados de los grupos que ya hemos divido”, señala Viéitez.

Radioterapia selectiva

Por ejemplo, en los casos de cáncer colorrectal metastásico en los que solo existe afectación hepática, además de la cirugía, se ha debatido la posibilidad de optar por tratamientos locales con radioterapia (radioembolización) e incluso por la realización de un trasplante de hígado.

“La radiación selectiva siempre ha sido muy interesante al igual que los fármacos que van dirigidos hacia las células patológicas tumorales. También hay técnicas para aplicar fármacos que emiten radiación y que se embolizan directamente en lo que es el tumor. Esto está produciendo resultados interesantes”, concluye el especialista.