Marta Riesgo El Global | viernes, 11 de mayo de 2018 h |

La industria farmacéutica británica está “frustrada”. Así lo aseguró el CEO de la patronal de la industria británica ABPI, Mike Thompson, durante su intervención en la Conferencia anual de la patronal, en la que puso el foco en la evolución de las negociaciones de cara al Brexit. “La falta de un acuerdo final hace que las empresas tengan que invertir cientos de millones de libras para duplicar sistemas como las pruebas de liberación de lotes, que serán esenciales en caso de que no se alcanzase un acuerdo, pero innecesarias si se establece una cooperación”, puntualizó Thompson.

Y es que, aunque el Gobierno británico ya ha mostrado su intención de mantener una estrategia de colaboración con los reguladores europeos con el objetivo de garantizar que los pacientes continúen teniendo acceso a las innovaciones, aún no se ha materializado ningún tipo de acuerdo en este sentido con la Unión Europea. “Tenemos cadenas de suministro increíblemente largas y complejas, tal vez sólo igualadas por las negociaciones políticas, increíblemente largas y complejas involucradas en el Brexit”, señaló el CEO de la ABPI.

Desde la industria tienen claro que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, tal y como puntualizó la presidenta de la patronal británica, Lisa Anson. “Cada momento extra de incertidumbre se traduce en que las decisiones que hace dos años parecían claras, ahora ya no lo son tanto, y eso hace que tengamos que empezar a buscar otras salidas”, explicó. En este momento, puntualizó, “muchas empresas están trabajando activamente en sistemas duplicados y planes de contingencia en menos de 12 meses debido a la falta de certeza sobre la regulación de medicamentos”.

Los datos, dijo, están sobre la mesa: 66.000 empleos británicos dependen de la industria; las empresas invierten 4.200 millones de libras en I+D y contribuyen con 30.000 millones de libras al PIB del país.

Por todo ello, la asociación de compañías farmacéuticas hace un llamamiento “para que no se marchite una industria poderosa, de singular y significativa importancia estratégica” para Reino Unido. Para ello, insta a que se instaure en su totalidad la Estrategia Industrial de Ciencias de la Vida, y que se adopten “barreras claras” en materia de fijación de precio que aporten un marco jurídico estable en el que trabajar.