José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 17 de febrero de 2017 h |

Aproximadamente 130.000 españoles sufren enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa (CU), es decir, enfermedad inflamatoria intestinal. Este tipo de patologías causa inflamación de los intestinos y puede provocar además artritis o inflamación de las articulaciones. En concreto, la colitis ulcerosa se caracteriza por úlceras e inflamación del recubrimiento del colon, mientras que en la enfermedad de Crohn se produce una inflamación del colon o el intestino delgado.

Estas patologías, que pueden restar mucha calidad de vida a los pacientes, se combaten con cambios en la dieta y medicamentos como corticoesteroides, AINE, inmunosupresores o agentes biológicos, por ejemplo. Y, en los casos más refractarios, es necesario optar por la cirugía. Pero, como explica Mónica Millán, cirujana del hospital Joan XXIII de Tarragona, estas intervenciones presentan riesgos. “En el caso de la colitis ulcerosa, por ejemplo, cuando se realiza la resección del recto, hay riesgo de dañar las estructuras de alrededor y de causar lesiones nerviosas que a largo plazo pueden provocar problemas funcionales en el ano o disfunción sexual”.

Por eso, los expertos cada vez optan más por emplear la robótica y realizar técnicas como la resección transanal. “Se emplea el orificio natural del ano, y luego se va realizando la resección desde el ano al abdomen, lo que suele combinarse con una resección que se inicia desde el abdomen. Una vez que ambas resecciones se encuentran, ya se ha terminado la resección del recto”. De este modo, más allá de las ventajas cosméticas, ya que no deja cicatriz, “probablemente haya menos riesgo de hernia y de lesión nerviosa”, añade esta experta.

Por su parte, Rocío Anula Fernández., cirujana del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, señala que uno de los retos en enfermedad inflamatoria intestinal es la adecuada planificación del embarazo. “Se recomienda que, cuando una mujer desee quedarse embarazada, la enfermedad no esté activa, porque no podría medicarse”, señala esta experta.

Durante la gestación pueden surgir complicaciones como que “haya que ajustar los discos de la ostomía al aumentar el volumen abdominal, ya que puede haber riesgo de prolapso u obstrucción”. Asimismo, también hay que tener en cuenta que la presión del útero al crecer puede comprometer el reservorio.

Ya en el momento del parto, Rocío Anula explica que “cuando una paciente sufre enfermedad perianal está indicado realizar una cesárea”. Como explica esta experta, por los esfuerzos propios del parto se puede ver alterado el reservorio, “y que surjan lesiones asociadas y se añade un punto de incontinencia a una paciente que ya tenía una continencia limitada”.