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M.Riesgo/C.M.López Enviadas especiales a Barcelona | viernes, 11 de octubre de 2019 h |

La oncología española avanza y de eso no hay dudas. La última edición de ESMO demostró que la investigación y la capacidad de los oncólogos españoles está presente en la esfera internacional.

Pregunta. España ha estado presente en ESMO, más allá de ser Barcelona el epicentro de la oncología europea…

Respuesta. Es importante la representación española. Más de un 10 por ciento de los estudios han sido presentados por investigadores españoles, e incluso en las presidenciales. ESMO es ya internacional y realmente ASCO y ESMO se han convertido en dos grandes citas de la oncología mundial y están, diría, casi al mismo nivel. Hay estudios, de hecho, que esperan a presentarlos en ESMO y se refuerzan muchos otros trabajos que se han presentado en ASCO con datos más sólidos.

P. En todo este contexto, los beneficios de la inmunoterapia en primera línea se están asentando y las terapias dirigidas ya están sobre la mesa. Pero solo el 25 por ciento de los pacientes se benefician de la inmunoterapia. ¿Cómo se está abordando el porcentaje restante?

R. El gran reto es ver qué biomarcadores tenemos para poder seleccionar a los pacientes candidatos, que realmente se benefician. Cada vez parece que está más asentado y que hay que hacer inestabilidad en microsatélites, determinación de PDL-1… pero ninguno de ellos por sí solo se pueden usar para clasificar a los pacientes. Realmente ese es el gran reto. De hecho, tenemos datos discordantes, en algunos tumores sirve hacer quimioterapia e inmunoterapia y en otro tumor, con el mismo tratamiento no aporta nada, o por ejemplo, la inmunoterapia aporta en momentos más avanzados de la enfermedad y cuando vas a primera línea el aporte no es igual. Realmente nos faltan muchas respuestas. Muchas charlas y presentaciones en estos congresos abordan esta cantidad de interrogantes que nos quedan por resolver, porque no sabemos identificar pacientes con un beneficio impresionante, y no sabemos cómo identificarlos. Para poder identificarlos se están juntando los datos genómicos para poder seleccionar a los pacientes candidatos a inmunoterapia.

P. ¿Hace falta dirigir las investigaciones o que los estados, al menos, prioricen en lo que hay que investigar?

R. Quizás sí. Hay una plétora de estudios y muchos no van a contestar las preguntas que necesitamos, otros son muy similares y en los mismos contextos… Deberían las compañías hacer un replanteamiento, incluso de la investigación, que debería ser más colaborativa y permitir establecer estatregias, hacia donde va cada uno… Todo esto nos está llevando a un replanteamiento en los hospitales.

P. Una de las cuestiones que se está abordando cada vez más en los congresos es el acceso a la innovación. Los precios ya son protagonistas en estos encuentros científicos…

R. Esto es muy importante y relevante. Es verdad que hace unos años no estábamos centrados en esto. Tomar conciencia y participar en la sostenibilidad es una función nuestra y las sociedades científicas hemos hecho mucho. Nos ha llevado años incorporar ese discurso y ese pensamiento en todos los ámbitos. Viene mucha innovación y tenemos que ver verdaderamente el valor que aporta, a través de las escalas de beneficio para poder ser objetivos. Ha cambiado mucho el discurso y nosotros somos los primeros que hemos entrado y hemos visto esa necesidad.

P. Estamos a las puertas del Congreso de SEOM, ¿cómo se presenta la cita?

R. Es una cita importante para la oncología española. Intentamos recoger toda la nueva información y nuevos datos que se han analizado tanto en ASCO como en ESMO. Vamos a tener una sesión para presentar también el informe de acceso en el que llevamos trabajando dos años. Vamos a presentar otro proyecto importante de SEOM, OncoEvalúa: un panel de indicadores comunes para que los oncólogos podamos utilizar y medir resultados en salud, que después nos puede ayudar a incorporar la innovación.

Vamos a tener una sesión presidencial con tres ponencias internacionales y nacionales en los que los tres pilares van a ser los datos genómicos, la innovación en otros tratamientos de inmunoterapia y el análisis de datos.


“El gran reto es ver qué biomarcadores tenemos para poder seleccionar a los pacientes candidatos”



“Hay una plétora de estudios que vienen y muchos no van a contestar las preguntas que necesitamos”