CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 24 de marzo de 2017 h |

Si el presupuesto sanitario se pudiera distribuir en los 365 días que tiene el año, el Sistema Nacional de Salud (SNS) solo dedica dos días a salud pública. Haría falta, por tanto, “dedicar dos semanas” a esta área. Así lo explicó José Ramón Repullo, jefe del departamento de Planificación y Economía de la Salud en la Escuela Nacional de Sanidad, en sede parlamentaria, quien junto con una de las editoras del último Informe Sociedad Española de Salud Pública (Sespas), Rosana Peiró, compareció en el Congreso de los Diputados para poner sobre la mesa las principales conclusiones de este análisis.

La Comisión de Sanidad acogió los alegatos de esta sociedad científica que además de hacer énfasis en la necesidad de un marco financiero estable, sugirieron la posibilidad de mirar al modelo británico ‘NICE’ como la mejor estrategia para comenzar a rodar en materia de evaluación de resultados.

Peiró destacó que el SNS tiene por delante tres estrategias de mejora: la gobernanza, la equidad, y la transparencia. Sin embargo, el impulso debe de llegar por parte de todos los agentes del sector. Es necesario, a su juicio, potenciar los instrumentos de gestión, la disponibilidad de datos de la acción política y sus resultados y fomentar la competencia.

Las propuestas de Sespas pasan, además, por “la universalización de la sanidad ligada a ciudadanía y la residencia”, explicó Peiró.

El informe refuerza la idea del ‘hispanice’ con la evaluación de tecnologías y medicamentos. Para los expertos este modelo contemplaría la creación de la Agencia del SNS con nuevos instrumentos de coordinación operativa: fondos de cohesión, de compensación y de inversión; y la aplicación de criterio de transparencia reforzada y comparación abierta en todos los sistemas de información de comunidades autónomas, centros y servicios.

Además, Peiró remarcó la revisión del marco estatutario de los profesionales, ya que “es otro de los retos del SNS”. A modo de ejemplo explicaron que en el organismo británico trabajan 600 personas mientras que sumando a todas las agencias que existen en España sólo hay 60. Es por ello que, necesitamos desesperadamente un hispanice”, reiteró Repullo.

También, es preciso dotar de autonomía real los servicios de salud en personal y presupuesto, con órganos colegiados de gobierno y profesionalización de directivos. Todo esto pasaría por la innovación en los contratos de gestión.

A juicio del experto, el sistema sanitario debe llevar a cabo un cambio organizativo para generalizar la gestión clínica.

Los expertos están convencidos de que es necesario que las decisiones que tome el Ministerio de Sanidad han de ser vinculantes. “No se trata de recentralizar —explicó Repullo— pero sí reeducar”.

La Cámara recoge el guante

Tras la comparecencia de los portavoces de Sespas, los diputados aportaron sus ideas y matices. Todos coincidieron en el retraso de la Ley General de Salud Pública, que aunque lleva aprobada desde 2011 todavía no ha comenzado a rodar.

En materia de evaluación de medicamentos, el portavoz de Ciudadanos, Francisco Igea, considera fundamental un cambio de paradigma e ir hacia el pago en función del valor. Para Igea, la rendición de cuentas, “no se hace en base a indicadores y resultados”. Desde Podemos, Rita Bosaho, considera que también hace falta una evaluación de las políticas sanitarias.

En cualquier caso, tanto Igea como su homólogo socialista, Jesús María Fernández, ya han adelantado que trabajarán en la posibilidad de crear un organismo que realice estas evaluaciones transparentes.