CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 22 de septiembre de 2017 h |

Probablemente, Alfredo sea una de las personas que más ha dedicado su vida al tratamiento contra el cáncer. No hay corrillo sanitario que se preste que no haya escuchado hablar del Dr. Carrato. De ahí la presión —de esta servidora— para intentar reflejar con esta entrevista un perfil más ‘personalizado’ o el ADN más ‘preciso’ del protagonista de esta contraportada. Pero, como todo, andando se hace el camino. Y, en esta ocasión, el camino nos lleva al mar…

Pregunta. Además de la investigación y la oncología, por lo que veo (un despacho lleno de cuadros de fondos marinos) el mar forma parte de tu ADN?

Respuesta. Exacto. Lo que más me gusta es el contacto con la naturaleza. En los momentos libres de mi vida he estado intentando contactar con la naturaleza. El mar me apasiona. He vivido más de 20 años cerca del mar y soy muy aficionado al buceo, a la vela y son momentos que sirven para cargar las pilas y evadirme. Desgraciadamente, estamos atados por el trabajo y es muy difícil lograrlo, pero a veces un fin de semana o en vacaciones es posible navegar. Por tanto, sí se puede decir que el mar está en mi ADN.

P. Siempre he pensado que quién no ha nacido cerca del mar, nunca entenderá que se siente cuando estás frente a él… Pero creo que no es aplicable para ti, aunque seas salmantino…

R. Y Hernán Cortés era extremeño… (risas); Pizarro también… Son aficiones adquiridas, no va en el ADN. Mi padre era aragonés y mi madre extremeña, pero siempre desde pequeños íbamos a veranear a Mallorca. Recuerdo haber aprendido a nadar con cuatro años en el arenal de la isla cuando no había turismo: iba con mi padre en una calesa. El mar ha sido siempre un lugar donde siempre he disfrutado y conservo esa sensación de placer cuando estoy en contacto.

P. ¿Algo te hace ser ‘inmune’?

R. Soy una persona sensible y mentiría si digo que hay cosas que no me afectan. Creo que todo me afecta e incluso las bobadas de los políticos que sabes que son mentira te afectan. No soy inmune a nada: soy un ser viviente, vulnerable por todas partes, y lo que sí que tengo son mis mecanismos de defensa, está claro.

P. ¿La oncología es una travesía a larga distancia?

R. Sí, el cáncer es un reto, ya que es una enfermedad muchísimo más compleja que cualquier otra. Es más, no solo es una enfermedad es un compendio de enfermedades distintas. Es un reto que tiene la ciencia y la medicina para entenderlo en profundidad y saber como prevenirlo y como tratarlo de la mejor manera. Quizás fue ese el motivo por el que yo me embarqué en la oncología: me gustan los retos. Todos los oncólogos tienen un compromiso con la especialidad de aportar su granito de arena en el desarrollo de la especialidad y ganarle terreno al cáncer.

P. Una travesía en la que habéis capitaneado la formación, ¿siendo autodidactas?

R. Sí. A pesar de eso, es la especialidad con más rigor en metodología que existe. No conozco otra donde se exija más evidencia para llevar un fármaco a la clínica, con una rigurosa legislación en la autorización de fármacos… Todo esto acompañado de que somos punta de lanza y vamos descubriendo la biología del tumor y tratando de lograr hacerlo más vulnerable y que caiga. Es toda una vida dedicada a vencer a un enemigo muy difícil.

P. ¿Es necesario, por tanto, pescar una estrategia sobre Medicina de Precisión?

R. Una estrategia es importante en la oncología, sobre todo, en la medicina de precisión. Uno tiene que tener una perspectiva amplia y eso te lo da un equipo multidisciplinar de su parcela, la realidad del enfermo y el conjunto de esa opinión compartida será lo mejor. Hemos aprendido a trabajar en equipo y tomar las decisiones conjuntas y al final cuidar al paciente.

P. ¿Cuál sería el anzuelo para que la estrategia sea un hecho a corto plazo?

R. La medicina personalizada es muy difícil, el tumor y la persona son dos realidades cambiantes y la presión que hacen los tratamientos hacen que cambien ambos también. Debemos de estar continuamente conociendo la realidad y adaptándonos a ella.

PÍLDORAS

Te gusta el mar… pero no sabemos cuál. Me quedo con el mar del mundo. Me encanta el Trópico y navegar y bucear en zona de corales. Pero, el Mediterráneo es donde siempre estoy.

¿Un propósito? Saber que la vida pasa una vez y que debemos ser felices.

¿Cómo es tu ADN? El ADN de un soñador; aventurero; sensible e ingenuo, me creo que todo el mundo es bueno.

¿Un día personalizadamente perfecto? Un día en el que fuera a trabajar; viera a mi equipo cohesionado e ilusionado y posteriormente me pudiera ir a comer, a una playa y por la noche viera salir la luna llena con mis amigos.