CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 30 de junio de 2017 h |

Hay varias fechas clave en el calendario para el sector sanitario pero, en los últimos meses, la transparencia, las buenas prácticas y la formación continuada han formado parte de la misma cuerda, tensada por la industria y las sociedades científicas. Por ello, a nadie le extraña que el 30 de junio sea un día señalado en el sector.

Todas las compañías farmacéuticas sujetas al Código de Buenas Prácticas de Farmaindustria han publicado sus transferencias de valor realizadas a las organizaciones sanitarias, por segundo año consecutivo.

En total, la contribución de las compañías farmacéuticas a la formación científica y clínica de los profesionales asciende a 112 millones de euros, siete millones menos que el año anterior. Una suma, para Farmaindustria, que muestra la voluntad del sector de que los sanitarios continúen “al más alto nivel en conocimiento”. En 2016 el sector apoyó, asimismo, a organizaciones sanitarias para la celebración de congresos científicos y jornadas con 81 millones de euros, el 23 por ciento más que en 2016.

Solo la inscripción media a un evento de este tipo en el ámbito nacional ronda entre los 600 y los 700 euros, una cantidad que aumenta si la reunión es de carácter internacional. El 76 por ciento de las reuniones en las que la industria farmacéutica colaboró fueron nacionales, mientras que el restante 24 por ciento fueron reuniones internacionales.

“El aumento de este capítulo muestra el compromiso de la industria con las distintas organizaciones sanitarias y sociedades científicas, que son agentes esenciales para el sostenimiento de nuestro modelo de I+D de medicamentos innovadores y la orientación en materia de formación, y que constituyen además una garantía de independencia de estas actividades”, destaca el presidente, Jesús Acebillo.

Según los datos facilitados por la Farmaindustria, el 93,4 por ciento de las ayudas que se destina a profesionales sanitarios se ofrece a médicos, porcentaje importante teniendo en cuenta que actualmente hay 217.912 profesionales en ejercicio, y la mayoría de ellos se benefician de estas actividades.

Para Acebillo, todo el sistema sanitario, y en especial los pacientes, se beneficia de que los especialistas mantengan sus conocimientos actualizados y conozcan cuáles son las principales novedades en cada área terapéutica; “sin olvidar que la participación activa en congresos puede abrir la puerta a la participación de los centros españoles en ensayos clínicos internacionales”.

Por otra parte, la prestación de servicios profesionales ha alcanzado los 79 millones de euros, y la concesión de donaciones a organizaciones sanitarias suman los 35,5 millones de euros.

Facme delimita su autorregulación

Desde la patronal aseguran que la industria debe cooperar con la Administración, organizaciones y profesionales para mejorar la formación de los especialistas. Esta ha sido, precisamente, la premisa que ha marcado el debate en los últimos meses. Una idea que no solo ha estado abanderada por las sociedades científicas, también por algunas formaciones políticas que lo han materializado en iniciativas parlamentarias.

En esta línea está trabajando la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme), tal y como explica a este periódico su presidente Fernando Carballo.

A pesar de los meses de tensión generados por la decisión inicial de Hacienda de hacer tributar a los profesionales, que finalmente resolvió el propio Ministerio de Cristóbal Montoro, Carballo tiene claro que hay que aprovechar “esta oportunidad para redefinir el modelo de relaciones entre las sociedades científicas, la industria, y la Administración y que sirva para que conflictos generados a partir de posicionamientos unilaterales en el futuro se puedan evitar”, explica. Coincide así con Acebillo en que esta relación a tres patas permitirá un modelo más seguro, con menos incertidumbres.

Además, la federación también está trabajando en aprovechar la crisis en una transformación que supere las dificultades actuales, con su propia autorregulación, en la que poco a poco se van dando pasos.

Los datos desagregados

Por otra parte, la hoja de ruta de Farmaindustria tiene marcada otra fecha clave en el calendario. En enero de 2017 dará paso a la publicación de los datos individuales de cada profesional sanitario que haya participado en las transferencias de valor.

Una inquietud más para los profesionales sanitarios, no por la transparencia en sí, sino por “el uso espurio” que se pueda hacer de estos datos. El presidente de Facme indica que hay que controlar todo lo que pueda suponer la explotación de esta información para cuestionar a los profesionales o para resaltar la tendencia de la industria. “Habrá que estar muy atento porque están obligados a velar por esto”.

Aunque la Agencia de Protección de Datos avala la decisión de las compañías, éstas están obligadas a garantizar un procedimiento de información exhaustiva al profesional de todo el proceso. “Independientemente de la duda de fondo que surja sobre si es lícito o no publicar los datos individuales, no como resistencia a la transparencia sino como una acción unilateral, de alguna forma debe existir un ordenamiento positivo desde nuestra administración”, asegura, al tiempo que aclara que no están en contra de la transparencia y la fiscalidad, “sino que son diferencias de interpretación”.

En el ejercicio en el que se encuentra Facme de construir en positivo, Carballo confía en que el año que viene cuando se publiquen se haya completado también ese proceso de formación exhaustiva que “en definitiva es muy semejante al consentimiento”.


El año pasado, la industria dedicó 119 millones de euros en ayudas a médicos para asistir a congresos….



…. y 66 millones estuvieron destinados a organizaciones sanitarias para realizar reuniones científicas