Juan Pablo Ramírez Madrid | viernes, 01 de septiembre de 2017 h |

El traslado de la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés) a Barcelona serviría para potenciar la investigación biomédica en España. Es una de las reflexiones de las sociedades científicas españolas. El presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (Facme), Fernando Carballo, subraya que el éxito de la candidatura de Barcelona facilitaría “la capacidad de generar conocimiento a nivel local”.

Desde el comienzo del proceso, Facme mostró su apoyo a la iniciativa puesta en marcha por el Ministerio de Sanidad, La Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. “Hemos trasladado al Ministerio nuestro apoyo. Lo hemos formalizado antes del cierre del dossier con una carta formal de apoyo y de adhesión de Facme a la candidatura de Barcelona y así debe figurar en el dossier”, señaló el presidente de la federación a este periódico.

En concreto, Carballo indentifica tres grandes ventajas. En primer lugar, “la concentración de recursos científicos”. En segundo lugar, se reforzaría la relación de las sociedades con la EMA. Por último, “es un foco de atracción económico. Siempre las grandes compañías farmacéuticas tienden a establecer lazos de interés económico con los desarrollos de sus productos”, destacó presidente de Facme.

En cuanto al impacto que podría tener sobre las sociedades científicas el traslado de la sede a Barcelona, Carballo señaló que estas “forman parte de una red de la propia EMA. Tenemos una buena relación con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). El que la EMA se encuentre en España favorecerá esa relación”.

El presidente de la Sociedad Española de Neurología, Óscar Fernández, señaló que la elección de Barcelona supondría la atracción de talento. “La EMA es un motor económico con una plantilla muy cualificada. Todo lo que tienen ver con la investigación clínica y el desarrollo de nuevos tratamiento está situado en torno a este organismo. Traería talento y evaluadores pero también favorecería la participación de especialistas e investigadores españoles en los procesos evaluadores”. Supondría además, a ojos de Fernández, un impacto sobre la investigación traslacional. “En España hay una investigación básica potente falta el último paso: transformar los descubrimientos en universidades y hospitales”.

El presidente de la SEN considera que Barcelona cuenta con otras ventajas: “Tiene todo lo que se requiere para albergar la EMA: el edificio para la sede, universidades muy prestigiosas, el apoyo de la industria farmacéutica instalada en Cataluña desde hace años”.