CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 22 de diciembre de 2017 h |

La “inminente paralización de importantes líneas de investigación en cáncer” debido a la situación laboral de los investigadores es una cuestión denunciada tanto por las formaciones políticas como por los propios profesionales.

La Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica) advertía esta misma semana de la situación. “La finalización de los contratos de estos investigadores pone en serio riesgo la continuidad de ensayos y estudios de alto nivel”, señaló su presidente, Carlos Camps.

Una situación que afecta a cerca de un centenar de trabajadores del Centro Nacional de Investigación Oncológica (CNIO) y del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), además de afectar a decenas de investigadores oncológicos en toda España de diversos centros e instituciones públicos y privados.

Como explica Camps a GM, existe una necesidad de más inversión. Aunque la administración comienza a ser cada vez más consciente de esta realidad, “es necesario hacer un esfuerzo por organizarnos mejor”, apunta el oncólogo.

En este sentido, desde la sociedad científica se reclama una política laboral de estabilidad que mantenga el nivel competitivo de sus investigaciones.

Precisamente, hace unas semanas El Ministerio de Hacienda y la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación (Seidi) se sentaron con los responsables del CNIO y el CNIC ) con el objetivo de solucionar antes de final de año el posible despido de los cerca de 70 científicos a los que los cambios en la regulación surgidos a raíz de la publicación de los Presupuestos Generales del Estado 2017, ha puesto en “serio peligro”.

Actualmente, a falta de un acuerdo oficial, solo se podrían ver comprometidos entre cinco y seis investigadores de ambos centros —inicialmente, cinco de ellos son del CNIO—, cuya situación laboral difiere de la del resto. Sin embargo, la intención desde el Gobierno, según aseguraron es “trabajar para que no se tenga que despedir a nadie”.

Más fondos

Aunque el incremento de financiación para la ciencia española durante este año ha mejorado las perspectivas de la investigación oncológica en España a corto plazo, es preciso, “trabajar para que esta situación no se repita”, anuncia Camps.

Por ello, los objetivos marcados por Aseica de cara al nuevo año es conseguir una estabilidad a largo plazo y lograr que los investigadores en cáncer españoles se puedan equiparar con sus homólogos europeos. Se ha propuesto, por tanto, una hoja de ruta con cuatro líneas prioritarias de actuación: apostar por la investigación traslacional, mejorar los recursos para formación, disminuir la carga burocrática y un mayor esfuerzo en el acceso a los fondos europeos H2020.

De este modo, Aseica está definiendo un conjunto de acciones que comprenden la firma de un Pacto de Estado estratégico por la ciencia, la integración de la ciencia en la agenda política, conseguir un compromiso de inversión en I+D+i constante e independiente de los ciclos económicos y políticos y la promoción de una nueva ley de mecenazgo similar a la que existe en los países de nuestro entorno.

Además, como indica Camps, es necesario también asegurar el acceso a las grandes ayudas europeas, que actualmente “son muy exigentes en el entramado administrativo”. Asimismo, es necesario reformar la Ley de Mecenazgo. “Una ley que debe entender que es una inversión y un beneficio para la sociedad: la financiación privada de la investigación pública. Las personas que deben donar fondos para esta investigación deben tener algún retorno de forma de desgravación y que esta gente entienda que es una inversión interesante”, acota Camps.