| jueves, 08 de noviembre de 2018 h |

En la Comisión Delegada uno de los puntos con mayor protagonismo fue el de la aprobación del Plan para el abordaje de Terapias Avanzadas en el Sistema Nacional de Salud con las CART-T como eje central. Se trata de un avance excepcional en el campo de la oncohematología que debe poner de acuerdo a todos sin que existan ambigüedades. La opinión generalizada de las comunidades es que el documento que vieron en la previa del Interterritorial es oportuno y destacan la oportunidad que se les abre ahora para ir todos a una. Pero también se ocuparon de poner el acento en la falta de una memoria económica que aclare el panorama.

Es cierto que la previsión de financiación es el talón de Aquiles en muchos de los documentos que presenta el Ministerio de Sanidad a las comunidades y que debe ser resuelto de una manera u otra para poder trabajar con predictibilidad. Pero no es menos cierto que en el momento actual de la discusión la pelota no sólo descansa en el terreno de la Administración Central. Todos y cada uno de los territorios deberían llegar al Consejo Interterritorial de esta semana con los deberes hechos. Y el principal que tienen las comunidades es elegir qué centros disponen para que los pacientes se puedan beneficiar de las terapias CAR.

Llegar a un debate con el escudo levantado, la armadura atada y el yelmo bajado es un síntoma de no llevar los deberes hechos. Lleven al Ministerio su lista de centros y, una vez superado este estadio, entonces se podrá empezar a esgrimir la espada contra las excusas del mal pagador. Porque si el debate se encona en los defectos del contrario sólo quedará la desolación de los pacientes que piden una solución que está pero que no les llega.

Son oportunidades como esta, como ya lo fue en su día el Plan Nacional contra el Sida o, más recientemente, el Plan Nacional contra la Hepatitis C, las que dan verdadero prestigio al Sistema Nacional de Salud y a sus distintos dirigentes. La comunión en momentos como estos ante innovaciones verdaderamente disruptivas es lo que permite presumir de una sanidad de primera. Vayan juntos y de la mano, ocúpense cada uno de sus deberes y, cuando llegue el momento de confrontar, háganlo con la mirada puesta en el entendimiento. Esa es la ecuación del éxito y sólo necesita de la voluntad de las partes.