CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 22 de febrero de 2019 h |

Según las estimaciones, en cinco años habrá un decrecimiento de la enfermedad hepática viral y un ascenso de la enfermedad por hígado graso no alcohólico (NASH), que será una enfermedad con más relevancia que la hepatitis C. Así es la radiografía que José Luis Calleja, jefe de Sección de Hepatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro, hace de estas enfermedades.

Lo que parece claro es que la carrera para alcanzar la eliminación de la hepatitis C ha cogido ritmo y podría alcanzar su meta antes de 2030, como propone la OMS. Si bien “tenemos que hacer un esfuerzo para salvar las barreras de las diferentes enfermedades: falta de concienciación, falta de diagnóstico, o la falta de derivación al especialista”, apuntó el experto durante el Simposio “Estrategias en el manejo de la enfermedad hepática y su impacto en Salud Pública” organizado por Gilead.

El hepatólogo Miguel Ángel Simón, del Hospital Lozano Blesa, incidió en el diagnóstico en un solo paso del VHC. Una táctica que, a su juicio, permite que no se pierdan pacientes por el camino. “Los test serológicos, además, son fáciles de hacer en la consulta diaria”, apuntó.

En cuanto al abordaje terapéutico de esta patología —sofosbuvir/velpatasvir— “ha demostrado ser muy eficaz”. Los tratamientos pangenotípicos se hacen fuertes así en el nuevo escenario.

Hepatitis B

Por su parte, Montserrat García, analizó el abordaje de la hepatitis B. Los datos epidemiológicos actuales señalan una prevalencia de HBsAG en España entre el 0,5-0,7 por ciento, mayor entre grupos de mayor edad e inmigrantes de áreas endémicas. La experta explicó que un gran número de pacientes con hepatitis crónica B aún no están diagnosticados ni tratados. Los pacientes actuales tienden a ser de mayor edad con hepatopatía más avanzada y con mayores comorbilidades.

Las guías EASL proponen introducir cambios como ampliar los criterios de tratamiento a algunos inmunotolerantes y también abren la puerta a suspender la terapia en pacientes con HBeAG negativos. ”Es necesario identificar aquellos pacientes que, a pesar de no recibir tratamiento con análogos presentan un mayor riesgo de desarrollo de hepatocarcinoma”, acotó.

Las NASH

Por su parte, Rocío Aller de la Fuente, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, se centró en la enfermedad por hígado graso no alcohólico, la enfermedad más frecuente en países occidentales. Estas patologías suponen un impacto importante para el sistema sanitario —por el volumen, el riesgo cardiovascular, las neoplasias, y el trasplante—.

La fibrosis avanzada (F3/F4) es el factor que más impacta en la supervivencia. La estrategia clínica para esta experta se debe centrar en el cribado del riesgo cardiovascular y de fibrosis en hígado graso. Estas patologías en la diabetes tienen una peor evolución y suponen un predictor de progresión de la fibrosis.

Actualmente, la BH es el gold standard, pero tiene limitaciones y los test han demostrado una aproximación diagnóstica aceptable para discriminar la fibrosis avanzada.