GM Madrid | jueves, 05 de septiembre de 2019 h |

La leucemia linfocítica crónica (LLC) es el tipo de leucemia más frecuente en los países occidentales, con una incidencia estimada en cuatro-cinco casos por 100.000 habitantes y año, y una prevalencia especialmente significativa en aquellas zonas donde la población está más envejecida.

Los últimos avances en torno a este cáncer hematológico han permitido un diagnóstico más precoz de esta enfermedad y un mayor conocimiento de su biología y evolución. Gracias a ello, en los últimos años se han desarrollado nuevos tratamientos que están modificando la práctica clínica diaria. El amplio abanico de opciones terapéuticas disponibles a día de hoy y el impacto económico de las mismas hacen necesaria una continua renovación de los conocimientos por parte de los especialistas que tratan la LLC, con el objetivo de ofrecer el mejor seguimiento a los pacientes y elegir la mejor opción de tratamiento con la mayor eficiencia posible.

En este contexto, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (Uimp), el Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (Gellc) de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Fundación Española de Hematología y Hemoterapia (FEHH) han organizado, con el apoyo de AbbVie, el II Curso Práctico para el Conocimiento y Tratamiento de la LLC, que se imparte en el Palacio de la Magdalena, de Santander, bajo la dirección de Lucrecia Yáñez San Segundo, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) y profesora asociada de la Universidad de Cantabria, y Francesc Bosch Albareda, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona) y presidente del GELLC.

“Es importante dar a conocer a los hematólogos -especialmente a los más jóvenes- las últimas actualizaciones en torno al abordaje de la LLC, por ser una de las hemopatías malignas que más cambios terapéuticos viene experimentando”, afirma Yáñez San Segundo. El programa del curso presenta algunas novedades temáticas relevantes con respecto al de la edición de 2018, como la relación médico-paciente y cómo dar malas noticias o el manejo de las complicaciones infecciosas en el paciente con LLC. “La probabilidad de ser diagnosticado de LLC está directamente relacionada con el aumento de la edad, por lo que también hemos incluido en el programa una ponencia sobre la evaluación del paciente con LLC desde el punto de vista de la hematogeriatría”, explica.

Asimismo, por primera vez se conformarán diferentes grupos de trabajo para dilucidar diferentes casos clínicos.

Registro nacional

El Gellc tiene entre sus proyectos la creación de un registro nacional de este cáncer hematológico, para el que espera contar con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Bienestar Social y Consumo. No obstante, “será difícil ponerlo en marcha porque todavía hay pacientes asintomáticos cuyo control no se lleva a cabo en los servicios hospitalarios de Hematología”, apunta la experta. El Gellc también “está ultimando la preparación de un ensayo clínico que comparará el uso de acalabrutinib -un nuevo inhibidor de BTK- en pacientes con LLC de alto riesgo sin datos de progresión frente a la actual recomendación de no usar tratamiento alguno y esperar a ver”, añade. En espera precisamente de los resultados finales de los ensayos clínicos, todo apunta a que “los nuevos inhibidores de BTK –acalabrutinib y zanubrutinib- presentan menos fibrilación auricular e hipertensión que ibrutinib. Estos fármacos están siendo evaluados en monoterapia o combinados con antiCD20 y/o venetoclax”.

En el campo de la terapia celular, “el interés por las células CART va en auge en el ámbito de la LLC, al tiempo que los trasplantes alogénicos disminuyen”, señala Yáñez San Segundo. “El uso de fármacos capaces de modular las células T que acompañan a la LLC y sobre los que se construye el CART, podrían mejorar unos resultados que, a día de hoy, son inferiores a los observados con esta terapia en la leucemia linfoblástica aguda (LLA) o los linfomas”.

Con respecto al abordaje actual de la LLC, tanto el hemograma como la morfología y la citometría son esenciales en el diagnóstico de este cáncer hematológico. Además, “las pruebas genéticas y moleculares han modificado sustancialmente la elección del tratamiento”, según la experta. En relación con el tratamiento de primera línea, “la inmunoquimioterapia está siendo desplazada por tratamientos más selectivos, con mejor tolerancia, menor número de complicaciones hematológicas e infecciosas y, sobre todo, mejores resultados en aquellos pacientes con factores pronósticos adversos”. Los avances en el tratamiento “están evolucionando de manera vertiginosa y, en la actualidad, se busca combinar la mejor respuesta con una discontinuación temporal de estas medicaciones, teniendo siempre en cuenta el factor económico y la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario”.