1st ASEICA EDUCATIONAL SYMPOSIUM

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Carmen M. López Madrid | viernes, 17 de noviembre de 2017 h |

A pesar de ser uno de los países a la cabeza europea de hallazgos, desarrollo de fármacos, publicaciones y patentes, España se encuentra “lejos de la media europea en financiación destinada a I+D+i”. Así se puso de manifiesto durante el Primer Aseica Simposio Educacional.

A esto hay que añadir la situación laboral de los investigadores en España. Jesús Paramio, miembro de la junta directiva de Aseica, destacó que los investigadores suplen la falta de recursos con colaboraciones entre especialidades, recursos propios y convergencias con investigaciones foráneas.

La formación es el Talón de Aquiles de la investigación. En oncología se hace más evidente porque todo apunta a que “si no aumenta la inversión para investigación en cáncer la supervivencia se estancará en 2030”, apuntó el presidente de la sociedad científica, Carlos Camps.

Joaquín Arribas, director científico del Ciberonc, explicó que existe un gap generacional en la carrera investigadora. “Los investigadores son cada vez más mayores, ya que los jóvenes consideran que falta reconocimiento en la profesión”. La falta de plazas estructurales en este marco también contribuye a ello. “Los investigadores no saben a qué tipo de institución pueden recurrir para consolidar la carrera profesional”, lamentó Arribas.

Lo cierto es que en la actualidad existen instituciones que pueden ayudar en las primeras fases de la carrera profesional, sin embargo, conforme se avanza en este camino “cada vez es más difícil”.

Además, la falta de tiempo entre la profesión médica se evidencia más con la investigación. “Los profesionales que quieren dedicar más allá del 50 por ciento a la investigación lo tienen complicado”, ya que el volumen asistencial así lo impide.

Miedo al fracaso

A esto se suma, el miedo al fracaso a la hora de invertir en proyectos de investigación. Eduardo López-Collazo, director científico del IdiPAZ, hizo hincapié en que hacen falta incentivos para asegurar la investigación en oncología. “Nos estamos perdiendo proyectos rompedores porque las agencias financieras no arriesgan”, advirtió, al tiempo que insistió en que hay que crear un “ecosistema” propicio para que la investigación siga avanzando.

Este contexto ideal es, en opinión de Camps, un “Pacto por la Ciencia”, que en cierto modo proteja la figura del investigador.

Por su parte, José Palacios, presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP), aportó la visión de las sociedades científicas, asegurando que en España “hace falta masa crítica”.

La motivación a los profesionales es fundamental, y es su falta lo que está lastrando el desarrollo investigador. A modo de ejemplo, Palacios explicó que actualmente no se valora la carrera profesional a la hora de optar a plazas de responsabilidad. “La figura del investigador no se ha trasladado a la evaluación del curriculum para aplicar a un puesto superior en una OPE”, recalcó.

En este sentido, puso en valor el papel de las sociedades científicas en el marco de la formación. Actualmente están trabajando en la reforma de los programas formativos en el periodo de residencia. Palacios hizo referencia al aumento de años en el tronco especializado, algo que tratarán de impulsar a través de la Troncalidad y que puede ayudar a impulsar el perfil investigador del profesional. Sin embargo, “es necesario también que los residentes obtengan competencias básicas en investigación”.

Otro de los asuntos que destacó Arribas como uno de los desafíos fue la evaluación de la investigación “algo complicado”. En este contexto, existe, a su juicio, una fragmentación de la financiación. “Las trabas burocráticas y administrativas van en aumento”, explicó el experto.

Inversión

Como advirtió Camps existe un retraso en los fondos de inversión de alrededor de 11 años. Algo preocupante puesto que “la relación entre la inversión y la supervivencia está más que comprobada”.

El experto aseguró que para que el porcentaje de curaciones siga aumentando, la inversión en I+D tiene que crecer un 4,5 por ciento durante los próximos diez años.

A su juicio, la incidencia del cáncer en España aumenta a un ritmo más rápido que la financiación destinada a paliarla. Según los datos, en 2030 en España habrá un 15 por ciento más de casos de cáncer. La herramienta para combatirlo parece clara: la medicina personalizada, pero conlleva un “aumento del gasto en investigación para estudios genómicos, desarrollos de nuevos fármacos y ensayos en pacientes”, apuntó Camps.

A modo de ejemplo, los expertos pusieron sobre la mesa que en España la financiación pública para la investigación clínica del cáncer de pulmón es muy baja y sin embargo es el más mortal seguido del cáncer colorrectal.

Frente a esto, para Paramio debería destinarse a investigación al menos el dos por ciento del PIB para garantizar la continuidad y seguridad de los estudios y los proyectos, como ocurre en otros países de la Unión Europea.

Los PGE

No convence a los expertos tampoco el proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2018. “Aparentemente se podría apreciar un ligero incremento”, añadió Paramio para destacar que “a través de los distintos capítulos la investigación ha sufrido una serie de recortes”.

Con todo, los retos parecen claros: aumentar la competitividad a todos los niveles es prioritario. “El problema para financiar la investigación es la forma en que se gestiona”, indicó López-Collazo, que también adelantó que las leyes actuales no tienen en cuenta la particularidades de la investigación y sus profesionales, “no es igual que una empresa privada”.

Con todo, lo cierto es que como se ha puesto de manifiesto durante el encuentro, la investigación y la clínica ya no son compartimentos estanco. En la práctica, los investigadores dan pasos en materia de gestión. “En España hemos conseguido un diálogo fluido entre investigadores básicos, clínicos”.