Marta Riesgo Madrid | viernes, 05 de julio de 2019 h |

Uno de los primeros objetivos que Emilio Esteban se marcó al llegar a la jefatura de servicio de Oncología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), fue el de conseguir acreditar externamente la calidad asistencial que la unidad de este centro ofrece a los pacientes oncológicos. Un objetivo cumplido este 2019 al conseguir la mayor certificación internacional de calidad en cáncer, de la mano de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) y la Fundación ECO.

El Servicio de Oncología del HUCA inició su andadura para mejorar la calidad asistencial en abril del pasado año, centrándose en medir y conocer la calidad de sus prácticas asistenciales, su organización, estructura, recursos materiales y humanos, procesos, planificación del tratamiento, capacitación y educación del personal, administración segura de quimioterapia y seguimiento y evaluación del bienestar del paciente, entre otras cuestiones. Una acreditación que, tal y como explica Esteban a GM, “supone una forma de demostrar que nuestra calidad asistencial ha sido auditada de forma externa y que estamos haciendo lo apropiado como método de gestión”; además de un impulso, “para seguir atendiendo los 2.200 nuevos casos de cáncer que se diagnostican cada año en el este centro hospitalario, la mayoría por tumores de mama, de pulmón y digestivos”.

Una calidad en la gestión y atención al paciente que llega en un momento de grandes cambios en el abordaje del cáncer, con la llegada de innovaciones que se traducen en una mayor supervivencia. Una innovación que el HUCA está asumiendo “de forma correcta”, pero que implica nuevos retos. “Ahora toca determinar el paciente y la situación más correcta para equilibrar esta innovación con la eficiencia”, explica Esteban.

Y es que, reconoce que innovaciones como, por ejemplo, la inmunoterapia, están llegando “cada vez con más fuerza” en tumores donde hasta ahora no se presentaban grandes avances con estas terapias, como puede ser en tumores digestivos o en mama. Pero este aterrizaje a la práctica clínica llega con el reto claro de determinar los pacientes candidatos a estas innovaciones. “No se dirigen a un número tan reducido de pacientes, pero si que se puede decir que no es para todo el mundo”. Con todo, estas y muchas otras innovaciones “cada vez están acordonando más a la patología tumoral, que hace que las expectativas de supervivencia vayan en aumento”. Un reto que con total seguridad asumirá su servicio.