Sandra Pulido Madrid | viernes, 11 de enero de 2019 h |

Los profesionales de la salud confiaban históricamente en el índice de masa corporal (IMC) para evaluar la salud de una persona. Sin embargo, la ciencia confirmó que esta medida puede ser engañosa ya que no distingue entre masa muscular y masa grasa. Una masa muscular baja puede darse en cualquier peso corporal, por lo que alguien que es de peso normal puede parecer saludable cuando en realidad puede carecer de masa muscular.

Para continuar arrojando claridad sobre este asunto, un artículo publicado en Annals of Medicine, que ha contado con el apoyo de Abbott, ha confirmado el importante papel que juega la masa muscular en la salud a través de estudios que demuestran que las personas con menos masa muscular tienen más complicaciones quirúrgicas y postoperatorias, estancias hospitalarias más prolongadas, menor función física, peor calidad de vida y menor supervivencia general.

“Nuestro conocimiento sobre el papel que ejerce el músculo en la salud de las personas está creciendo considerablemente. De hecho, a día de hoy se está llevando a cabo una exhaustiva investigación que demuestra la importancia que tiene el músculo para el tratamiento de la desnutrición y para el proceso de recuperación de una enfermedad”, explica a GM Rebeca Sanz Barriuso, directora de Asuntos Científicos de Abbott en España.

La pérdida muscular es un aspecto importante de la desnutrición, pero el índice de masa corporal (IMC) no muestra una imagen precisa sobre la salud muscular de una persona. “Las personas con un IMC elevado, que pesan más, pueden tener poco músculo y estar desnutridas. Sin embargo, esto puede pasar inadvertido si los médicos no miden el músculo. La masa y la función muscular son mejores indicadores de la salud de los pacientes y de su velocidad de recuperación que el IMC”, añade la especialista.

Enfermedades crónicas

La revisión de la investigación, que se realizó durante un año (de enero de 2016 a enero de 2017) y que incluyó más de 140 estudios en ámbitos de atención hospitalaria, ambulatoria y de atención a largo plazo, llegó a la conclusión de que los datos muestran que la masa muscular tiene mucha importancia sobre el estado de salud general de una persona, especialmente si convive con una enfermedad crónica. Por ejemplo pudieron observar que las mujeres con cáncer de mama que sufrían una severa de pérdida muscular (sarcopenia) tenían tasas de supervivencia más bajas. Por otro lado, también se demostró que los pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) que tienen menor masa muscular pasan más tiempo en el respirador —así como más tiempo en la UCI— y tienen una menor probabilidad de supervivencia. Finalmente, las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que tienen mayor masa muscular tienen más probabilidades de experimentar mejores resultados respiratorios y una menor incidencia de osteopenia u osteoporosis.

“El mensaje que se quiere comunicar a los profesionales de la salud es el de incluir las mediciones musculares en las evaluaciones médicas de aquellas personas que padezcan enfermedades crónicas; al mismo tiempo que pensar en estrategias nutricionales que permitan mejorar la salud de los músculos, como el aumento de proteínas, no solo el aumento de peso”, destaca Sanz Barriuso.

Incluirlo en las revisiones

Las personas adultas van al médico en España aproximadamente cinco veces al año y durante su visita se toman factores vitales como la presión arterial, la estatura y el peso.

Los especialistas reclaman ahora que se mida también la masa muscular de los pacientes.

“Sabiendo lo importante que es el músculo, tanto para la salud como para la recuperación, es esencial emplear prácticas que incorporen la evaluación de la masa y la función muscular”, continúa. “Mientras que las herramientas de análisis de la composición corporal, que miden la masa muscular, no se vayan utilizando de una forma más rutinaria y se encuentren disponibles en los centros de atención médica, los profesionales pueden utilizar también cuestionarios de detección y otros sencillos métodos que les permitan identificar a las personas de riesgo”, añadió.

Entre estos métodos se podrían utilizar, según la revisión de la investigación, el medir la fuerza de agarre o simplemente hacer algunas preguntas a los pacientes referidas a su capacidad de poder levantar objetos de una o a si suele tener caídas o fatiga constantes.

“Algo tan sencillo como la fuerza de un apretón de manos puede dar mucha información sobre la salud de una persona, y nunca es demasiado tarde para reconstruir los músculos por medio de una buena nutrición, incluyendo proteínas y ejercicio adecuado” puntualiza la directora de Asuntos Científicos.

Desnutrición

Esta reconstrucción de la masa muscular muchas veces viene desencadenado por la disminución de la ingesta calórica debido a las características de su enfermedad.

“La ingesta de proteínas por parte de adultos mayores suele ser inferior a 1 g/kg de peso corporal al día y según directrices de expertos (Espen) sobre apoyo nutricional se recomienda un mínimo de 1,0 g de proteína/kg al día para ayudar al organismo a mantener y recuperar su masa muscular”, afirma la especialista quien subraya que para aquellos pacientes que no pueden conseguir la nutrición suficiente solo por medio de la dieta “están disponibles suplementos nutricionales orales de múltiples nutrientes, incluyendo aquellos con alto contenido de proteínas y vitamina D”, concluye Sanz Barriuso. La nutrición adecuada permitirá los pacientes mantener sus músculos sanos.