E.M.C. Madrid | viernes, 03 de marzo de 2017 h |

Lejos de ser un coste, la atención a la cronicidad es producción, una idea que supone un cambio esencial de perspectiva para el futuro. Con esta reflexión, la profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), María Ángeles Durán, planteaba un nuevo modelo de abordaje de las enfermedades crónicas durante la inauguración del IX Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, una iniciativa de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria y la Sociedad Española de Medicina Interna que se celebra del dos al cuatro de marzo en Oviedo.

En su ponencia inaugural, Durán presentó en primicia las conclusiones del estudio más amplio realizado por el CSIC sobre este asunto y remarcó que es preciso “desdramatizar la cronicidad y aceptar como un progreso que se haya convertido en una situación normal de la existencia”. De igual modo, profundizó en su propuesta de abogar por un cambio de paradigma que permita que “la atención sanitaria y la atención a pacientes crónicos pase a interpretarse principalmente como un producción, de modo que la atención a la salud sea asumida como riqueza de servicios y mejor calidad de vida, en lugar de como sinónimo de coste y empobrecimiento”.

La investigadora remarcó que según la Encuesta Europea de Salud en España el 59 por ciento de la población mayor de 15 años tiene algún problema crónico de salud, la mayoría de carácter leve.

Durante su intervención, Durán señaló que el cuidado no remunerado en los hogares “es el gran gigante desconocido del cuidado de la salud”, y estimó que los hogares “aportan el 88 por ciento del tiempo total destinado al cuidado de la salud, con un papel aún mayor en la atención de los enfermos crónicos”.

El estudio presentado en el contexto de este congreso refleja la interdependencia entre el sistema sanitario, el de servicios sociales y el cuidado no remunerado. Los dos primeros, según sus cálculos, proporcionan menos del 12 por ciento del tiempo de atención que consumen los crónicos, aunque es tiempo “más técnico”, matizó la autora.

En la misma línea, Durán recalcó que la visualización de los gastos no sanitarios ha sido difícil y complicada a la hora de cuantificar, en la medida que sanidad, servicios sociales y hogares son tres agentes sociales que elaboran informes propios y tienen poco presente la interdependencia y las transferencias de costes entre todos ellos.

El trabajo presentado por Durán analiza una decena de fuentes diferentes, entre ellas encuestas de salud. Su principal novedad, en opinión de la experta, es que trata de integrar la perspectiva de los servicios sociales de atención a enfermos y los cuidados familiares no remunerados sin poner el acento en los costes de la enfermedad, como sucede en otros informes.